22. Cadenas

31 5 0
                                    

Los padres no solo heredan a sus hijos características físicas, aspectos de la personalidad o el deseado terreno.
Hereda también el pecado, y se va pasando de generación en generación hasta que se rompa la cadena.

El SEÑOR es lento para enojarse y está lleno de amor inagotable y perdona toda clase de pecado y rebelión; pero no absuelve al culpable. Extiende los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia se ve afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación. Números 14:18 NTV

También fui afectada por el pecado de mis padres y mis abuelos. Ambos tuvieron relaciones antes del matrimonio. Mi padre era promiscuo y su padre también, y su abuelo también.
Mi padre era borracho, y yo fui rescatada de. Tengo tendencia, por eso prefiero no beber.
Mi enojo explosivo, heredado de mi padre y él de su madre.
Mi baja autoestima y dependencia de las personas, de mi madre.

El amor por la música heredado de mi abuelo, y el gusto por cocinar aunque no soy experta, de mi abuela.

Trabajar en exceso, sobre todo cuando se me mete algo en la cabeza. No quiero parar hasta terminarlo. Ser obstinada. De ambos padres.

Odiar el tener que tomar decisiones, de mi padre. El ser muy ingenua de mi madre.
Mi impulsividad heredada por mi padre, y la entrega abnegada a la persona que amo, de mi madre.

No me quiero justificar en lo absoluto sobre las malas decisiones que he tomado, las estoy afrontando cada una de ellas. Pero debes saber que si recibimos el pecado por herencia.

Menos mal que tenemos a Cristo, si no estaríamos perdidos.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2ª Corintios 5:17 RV1960

Pero no podemos olvidar que mientras estemos en este cuerpo, seguiremos luchando contra nuestra naturaleza pecaminosa.

1. Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
2. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:1-2 RV1960

Necesitamos un sometimiento diario, la carne es una bestia que si es alimentada se vuelve más fuerte. Ningún creyente cae de la noche a la mañana. Todo inicia con cosas insignificantes para nuestra vista.
El mi caso fueron películas con contenido sexual, las malas conversaciones. Las muchas distracciones. Tengo una tendencia obsesiva.
He tenido que hacer cosas aparentemente pequeñas como desinstalar un juego o dejar de consumir series de una plataforma. Hasta evitar a personas cuyo comportamiento me influencian a caer. Para evitar caer.
Solo es una copita de vino, solo es un baile. Solo es un beso.
Para alguien como yo, nada es insignificante.

Por eso insisto en sanar antes de enamorarme, y mucho más antes de tener una familia. El Señor sabe cuánto miedo tengo al poder cometer los mismos errores de mis padres.
Por eso aún considero la alternativa de mejor ya no formar una familia.

Pero también recuerdo que Dios es misericordioso, y aún sin merecer él nos bendice. Una familia es una bendición. Claro que sueño con una. Poder enseñar, ayudar a formar a un nuevo ser bajo el temor de Dios.
Por eso es importante que ambos compartamos la misma fe.
Sino, mira a mis padres. Uno me obligaba a recitar el "Ángel de la Guarda" cada noche, religiosamente, y el otro a orar de rodillas a papito Dios.

Él me decía que encomiende a los santos y mi madre que a solo Dios he de servir. ¡Qué confusión!

Quiero a un buen hombre en mi vida, y me preparo para él. Sin perderme, sin tener que dejar de lado mis propios sueños.
Con quién también anhele servir, en la enseñanza. El acompañamiento de los creyentes.

ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora