La pesadilla de mi vida fue hacer la tesis, no porque fuera difícil. Es que cuantas cosas pasaron para lograrlo.
El contexto de esta parte de mi historia, cuando mi hermano murió faltaban dos meses para egresar de la universidad. El primer año de duelo, me eché al abandono. No salía de mi cama. Subí mucho de peso. No quería que nadie me viese. Solo deseaba morir, y todo el tiempo pensaba en formas de hacerlo. Esa fue la época en que más me sumergí en el dolor. Tanto era así, que tenía pesadillas todo el tiempo. Podía ver nubes negras y espesas a mi alrededor a media noche. Me despertaba agitada y con mucho miedo.
Había pensado demasiado en la muerte, que podía sentir que respiraban en mi nuca. Vientos helados me despertaban en la madrugada. Sentía como la nube negra quemaba mi rostro. Estaba siendo atormentada.
Poco a poco fui saliendo de mi habitación, al patio de donde vivía. Allí había una hamaca, donde podía contemplar hermosos atardeceres. Pensaba, aunque mi alma estaba muy triste, no podía evitar quedarme fascinada por la belleza del paisaje.
Pronto los niños de la casa de quienes me dieron un techo donde vivir, se me acercaban. Ahora que lo pienso, Dios ha enviado niños siempre a mi vida. Porque puedo ser fría, dura con adultos. Pero con niños no.
No tienen idea como un bebé en especial me fue cambiando mi manera de ver la vida, fui disfrutando de sus primeras palabras, y luego celebrando sus primeros pasos. Me gozaba cuando aprendía algo nuevo. Ver sus ojos, representaban para mi una nueva esperanza. Una nueva vida libre de dolor, de frustraciones, con padres maravillosos, llenos de amor, que darían una vida más plena a este hermoso bebé.
Pasando ese año, me consiguen un trabajo en un consultorio dental privado. Recuerdo que me tocaba hacer de todo, desde mantener limpio el lugar, hasta desinfectar los materiales dentales. Llegando a casa pasaba horas llorando, el dolor de mis pies era insoportable por haber pasado todo el día parada. El turno era de 08h00 a 19h00, 10 horas diarias, descontando la hora de almuerzo.
Ahora que lo pienso, no tengo idea como pude resistir, y si puedo decirte una razón gigante. Mi familia.
En esa misma época animada por el doctor, quería iniciar a hacer el papeleo para iniciar mi tesis. Solo una compañera no tenia compañero de tesis. Así que me buscó, y accedí. Ella no era muy aplicada en clases, pero aprecié que fue la única que buscó hacer su trabajo conmigo. Ahora iniciaba la búsqueda del tutor. A pesar de que mi rendimiento había sido muy bueno. Nadie quería ser mi tutor. Lo que me decían era que ya estaba dando tutorías a demasiados estudiantes. Al final de tanto insistir, solo uno accedió.
El plan era pagarle a alguien para que haga ese trabajo, y así fue. Ya algunos compañeros se habían graduado, la mayoría contratando a alguien en especial. Acudimos a él. Al principio nos ayudó mucho, él sabía el tramite completo. Nos facilitó la vida. Pero una vez que ya entregamos el trabajo de investigación, tuvimos problemas. Al parecer el no cambiaba los trabajos, y el nuestro era muy similar a uno que ya había presentado otro grupo. Tuve que tomar la decisión de prescindir de sus servicios.
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Elizabeth
AléatoireÉsta es mi propia historia, tan real que te identificaras con ella. Nunca había abierto tanto mi corazón como lo hago aquí.