10. Patán

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En una de sus visitas después de un largo tiempo extrañándolo, él de la nada y sin previo aviso. Me terminó. Cuando le pregunté si el motivo era otra mujer, me juró en mi cara, "por la luz de su abuelo" que no era así.
Entonces si no era eso, ahora con más razón sentía que algo malo le estaba pasando. Y no era capaz de decirme.

En esos días pasó que vino un pastor el cual lideraba en la iglesia donde mi mamá se convirtió. Y fui a esa campaña evangelista. Me reconcilié con Dios, le pedí perdón por lo que había estado haciendo. Hablé con Dan y se lo comenté. Le dije que él también podría cambiar. Pero se burló de mí.

Después de un tiempo yo seguía llamándole pero ya no contestaba. Hasta que llegó el día de la fiesta de su hermanita y como fui invitada me escribió.
Nos vimos en casa de su padre, y como estaba muy cariñoso pensé, ha recapacitado y quiere regresar. Pasamos ese día juntos. Pero una vez que consiguió lo que quería su rostro cambió cuando le pregunté si eso significaba que regresábamos. Y me dijo que más tarde me lo iba a decir. Debí darme cuenta de que ya no era el mismo y solo me usaría.

Fue tan cruel la forma en que luego me lo hizo saber, en frente de toda su familia.
Estando en la fiesta del cumpleaños de la hermana, al momento en que nos pidieron tomarnos la foto. Él dijo: -Elizabeth y yo terminamos, solo somos amigos-

Traté de guardar la compostura para no derrumbarme en ese momento. Hice lo que pude por sostener una sonrisa en mi rostro y hacer como si estuviese de acuerdo. Aún en ese momento no quería que lo vieran mal.

Ya no era el príncipe que conocí, él se fue. No le importó nada. Yo no podía hablar de esto con nadie. Porque pensé que solo sería una etapa, era obvio que algo pasaba. Hasta llegué a pensar que mi papá o mi tío lo estaban amenazando. Pero ahora yo había echado a perder mi reconciliación con Dios. Me sentía peor que nunca.

Días después abrí su correo electrónico buscando respuestas, éste estaba vinculado a su cuenta de facebook, así que podía ver sus mensajes. Fue entonces que descubrí el verdadero motivo por el cual me dejaba.

Había una conversación con una chica que había conocido allá, ya eran novios al parecer. Por eso ya no venía tan seguido. Por eso su cambio y por eso me terminó. Y fue un cobarde al no decirme la verdad.
Mi corazón se rompió en mil pedazos, cómo era posible que me haga esto. Habíamos hecho muchos planes, yo me había entregado a él. Mi mundo se vino abajo. Ahora me sentía más sola que nunca.

Lo confronté sobre esto y lo negó. No podría ser más descarado, pero al parecer aún no me había humillado lo suficiente. Le seguí llamando muchas veces, pensé que lo de ésta chica sería algo momentáneo. Hasta llegué a decirle que si la dejaba le perdonaría y regresaríamos como si nada hubiese pasado.

Aquí llega a mi vida Armando, en mi desesperación al querer buscar personas que lo hicieran entrar en razón. Me contacté con él. Le expliqué lo que estaba sucediendo y me contó la forma en que estaba llevando su vida allá. Se emborrachaba, y se juntaba con personas de dudosa procedencia.
Armando muy sabio me recomendaba que lo deje, que él no me merecía. Que estaba hablando cosas horribles sobre mi. Era todo un patán.

Luego sucedió lo que nunca me había pasado. No sé porque razón pero tuve un retraso en mi menstruación. Era muy raro en mi porque era muy puntual. Me asusté, y le mencioné esto a Dan. Él no me hizo caso, pensó que era una estrategia para que regresara conmigo. Este hombre realmente creía que yo era capaz de hacer algo así.

No hacía más que romperme el corazón más y más. Ya me estaba imaginando los escenarios al criar a este bebé sola. Pensé incluso como escapar de casa.
Menos mal esta situación solo fue una falsa alarma. Porque entonces si se hubiese acabado mi vida entera.

En la última llamada que le hice, rogándole que dejara de tomar y otras cosas más. La novia tomó la llamada. Colgué, esa fue la gota de derramó el vaso. Pensé que fue algo planeado por él, para humillarme (años después me dijo que el nunca supo de esa llamada).

Esta fue la gota que derramó el vaso, pensé. Desde el día en que terminamos hasta entonces habían pasado tres meses. Durante todo ese tiempo yo seguí fingiendo tener una relación frente a mi mamá, todo esto mientras me la pasaba llorando en mi habitación todas las noches.

Después de esa llamada, tomé todas sus cosas en un cartón y las dejé en casa de su papá. Finalmente le dije a mi mamá. Cambié mi situación sentimental en facebook. Lo bloqueé y ya no le llamé nunca más.

Pude aprender de este duro momento y volver a Dios. Pero lo culpaba de todo lo que estaba pasando, lo culpaba por arruinar mi vida, de quitarme lo único que me hacía feliz. Yo estaba bien, lo tenía a él. Y de un momento a otro lo perdí.
Ya mi vida era horrible con mi papá, porqué me hacía esto.

Así que con un corazón lleno de odio, hacía Dan y hacia mi padre, en vez de rendirme ante el Señor. Yo lo culpé de todo, lo odié profundamente y me alejé aún más.

Todo esto me sucedió antes de que yo cumpliese dieciocho años, en ese entonces ni siquiera era capaz de recordar la promesa que le había hecho a Dios cuando tenía catorce. Mi corazón se endureció aún más y me hice más rebelde.

 Mi corazón se endureció aún más y me hice más rebelde

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ElizabethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora