Ryu volaba a máxima velocidad, era tanta que se me hacía imposible abrir los ojos por la fuerza del viento.
Daba más la sensación de estar rescatándome y no secuestrándome. De igual manera ya en tierra intentaría escapar de él y sé que Takeshi no permitiría que me pase nada malo.A pesar de los hechos, no sentía peligro alguno con Ryu, no lo digo solo porque su apariencia me hubiese impresionado de alguna manera. Sino más bien, es una especie de encanto que me causaba cierta comodidad, a pesar de que en mis pensamientos estaba consciente de que no lo conozco y que aparentemente soy enemiga de su madre.
Aterrizamos en un prado cercano a la montaña que se ve desde la ciudad.
-¿Te encuentras bien, mortal?. Pregunta Ryu con un adjetivo para mí muy sacado de esas historias que cuentan sobre vampiros en mi mundo. Un cliché sociológico quizás.
-¿Por qué me has traído hasta aquí? ¿Acaso vas a hacerme algo?. Pregunto.
-¿Eres estúpida, acaso?.
Definitivamente no sabes nada sobre nosotros ni nuestras costumbres. Hace muchos años que los vampiros no cazamos a los de tu especie. El beber sangre se acostumbra en ocasiones un tanto íntimas ya que nos ayuda a conocernos entre nosotros. Si bien aún hay vampiros renegados que se alimentan de ustedes, son casos muy aislados. Yo me encargo de asuntos de ese tipo y de poner en orden cualquier cosa que afecte el balance sin cuestionar a Madre.Ryu resultó ser muy comunicativo, demasiado alejado de su apariencia seria, no se parecía en nada a su hermano.
-Si no me has traído para hacerme daño. ¿Entonces qué quieres de mí?. Cuestiono interesada.
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Silky, caída hacia el mundo irreal
Подростковая литератураHabía pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos. La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...