Capítulo 19: Pequeños momentos

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-Amy, prepara la casa a las afueras de la ciudad, por favor. Silky no se rendirá y seguirá viniendo. Debemos llevar a Azariel lejos de aquí. Ordena Umeko.

-Entendido, mi reina.

-¿Debo llevarlo yo?. Responde Amy.

-No. Yo me encargaré personalmente de transportarlo. Por cierto, Ryu se encargará de Silky. No la lastimará, pero la mantendrá distraída, es mejor en esas cosas que su hermano.

Amy se dirige hacia una de las casas de su jefa situada a las afueras de la ciudad, mientras la reina discretamente lleva a Azariel hacia su auto. Él no opuso resistencia en absoluto, no obstante, dejó una pista de su estadía en la habitación.

Azariel no se opone dado a que algo en la reina lo evita, como si tuviera un magnetismo natural que lo hacía interesarse de alguna manera en ella aunque la misma naturaleza de Azariel le permite cuestionarse ese interés.

-¿Dónde piensa llevarme?. Pregunta Azariel a Umeko mientras conduce.

-A una de mis casas. Puedes saberlo dado que no conoces este mundo así que dudo que escapes. De igual manera sabes lo que soy y lo que podría hacer si lo intentases.

-Algo en mí me dice que no eres mala persona, Umeko.

-Tú no tienes idea de quién soy, ni qué he hecho.

-Tienes razón, pero algo que me gusta hacer es darme el tiempo de conocer a las personas. Y soy muy bueno escuchando.

-No entenderías ni la mitad de las cosas que pasan aquí.

-Puede que sí, pero ya has visto las cosas que he pasado. ¿Por qué no te das la oportunidad de dejar salir un poco de las cosas que te aquejan?. Puede que seas muy poderosa e inclusive inmortal o indestructible. Pero todos, todos tenemos algo que nos ahoga y tarde o temprano puede que te asfixie tanto que, incluso alguien como tú va a desmoronarse, Umeko.

La reina guardó silencio hasta que llegaron a la mansión.

Era una casa enorme ubicada en medio de un bosque, técnicamente a mitad de la nada.

Era una casa enorme ubicada en medio de un bosque, técnicamente a mitad de la nada

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Salen del auto y entran a la casa en la cual Amy los esperaba. Ella se había encargado de habilitar el lugar y preparar suministros para que se sintiera más como un hotel y menos como una especie de prisión, lo cual realmente era.

Umeko pide a Amy aguardar fuera de la mansión, mientras ella charlaría un poco más con Azariel.

-Y bien. ¿Cómo es tu mundo, Azariel?.

-Iré directo al punto Umeko. Sé que no eres tú quien dirige esto, aunque no lo parezca soy muy listo y me gusta mucho descubrir nuevas cosas, es por eso que tu existencia y la de este mundo me parecen fascinantes. Así que sé sincera conmigo. ¿Quién es Mirai?.

-No puedo responder a eso

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-No puedo responder a eso. Pero sí puedo explicarte ciertas cosas para satisfacer un poco tu necesidad de información. Así que si tienes otra pregunta puedes hacerla.

-Mmm. Está bien. Entonces. ¿Puedo preguntar cosas de ti?.

-Puedes hacerlas siempre y cuando sienta acorde responderlas, lo haré. ¿Te parece?.

-¿Por qué me siento atraído a ti? No te conozco, pero siento que quiero estar aquí contigo y no le hallo explicación lógica a eso.

-Los vampiros somos naturalmente atractivos para los humanos. Si bien hace muchos años dejamos de alimentarnos de ustedes, aún quedan nuestras habilidades innatas que nos ayudaban en esos años de cacería. Es por eso que, aunque sientas que soy un peligro, tu cuerpo te dice que estarás bien. Soy un monstruo, pero así es la cosa.

-No creo que seas un monstruo. Te veo y sé que hay bondad. Y puede que en algún momento logres verlo tu también.

-¿Por qué ves bondad en todo mundo?. Vi tus recuerdos y siempre has sido así.

-Disfruto los buenos momentos y los pequeños detalles, Umeko. Aprendo sobre todo lo que me pasa y hace mucho tiempo dejé el miedo o la vergüenza, simplemente acepto las cosas tal como son y es por eso precisamente que no te tengo miedo. Sé que no son tus poderes, así como sé también que no me harías daño y si llegas a conocerme, tu también entenderás que tampoco te dañaría.

Umeko experimenta una sensación que no había sentido en años. Su corazón se acelera, y está confundida por ello. Debería ser al contrario; sin embargo, se siente cautivada. Con prisa, se levanta y parte, pero no sin antes dar un beso en la mejilla a Azariel y recordarle que no debe marcharse de ese lugar. Él le asegura que permanecerá allí para ella, pero admite que eventualmente debe regresar a casa y que su viaje de descubrimiento aún no ha terminado.

 Él le asegura que permanecerá allí para ella, pero admite que eventualmente debe regresar a casa y que su viaje de descubrimiento aún no ha terminado

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《Fin del capítulo 19》

《Fin del capítulo 19》

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Silky, caída hacia el mundo irrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora