Había pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos.
La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...
Caminando por un largo y oscuro túnel, Azariel empieza a dejar el mundo de los vivos.
-¿Do...dónde estoy?
-Se... se siente mucha calma...
-Oh... claro.
-Supongo que he muerto.
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-No se siente como esperaba.
-Al final no pude hacer mucho por ese mundo, salvar a Silky ya fue ganancia.
-Es extraño. Sentir que la vida te abandona de a poco.
-Aunque, al final pude ver cómo Umeko volvía en sí, espero pueda darle fin a tantos años de tormento, y que la idiota esa vuelva a casa sin ponerse en peligro de nuevo.
-Ser su amigo fue muy cansado, pero valió la pena.
-AZ...
-¿Qué?. ¿Quién me llama?.
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-Oh ya veo, es un recuerdo. A esto se refieren con ver tu vida pasar, supongo.
-Oh, ¿tenía que ser ese recuerdo precisamente?.
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-Sí, tengo muy presente lo mucho que me afectó que prefiriera pensar que yo dijera o hiciera cosas que pudieran afectarla. No, no es eso lo que me dolió. Lo que me dolió fue el hecho de que no confiara en mí y se haya alejado sin darme algún motivo.
