Había pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos.
La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...
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-¡Sí, princesa!.
A la orden de su princesa, los caballeros negros detuvieron su hostilidad y a manera de círculo. Rodearon a su ama para ser espectadores de su pelea, ella normalmente es de las que manda a otros a pelear, no obstante, todos sabían lo despiadada que resulta ser cuando batalla por sí misma, un espectáculo digno de ver.
-¿Acaso tienes que hacer un espectáculo de todo?.
-¿Alguna queja, Asuka?. ¿Te avergüenza que te vean perder otra vez?.
Asuka observó de reojo a su amado Ryu, él se veía preocupado, después de todo, Yomi casi acabó con su vida, si hizo eso con él siendo su hermano, Asuka estaba en serios problemas. Aún así su rostro le dio confianza.
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Yomi cansada de tanta charla, lanza el primer ataque. Sacando su espada de sangre intenta lastimar a su rival, Asuka esquiva por muy poco, se posiciona y dispara sus discos repetitivamente, pero son destruidos con la filosa espada de la princesa.
Después de una hora, sus energías habían mermado lo suficiente como para no utilizar ataques que requieran gran cantidad de poder.
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