Azariel, inconsciente, yacía reposando en una celda en la cual lo había dejado Umeko.
Él de varias maneras intentó llegar a Umeko, pero simplemente no encontró la manera apropiada de hacerlo. Ella enojada ante tal insubordinación lo había noqueado.
Cuando despertó para su sorpresa, no estaba encadenado como ya anteriormente le había pasado. No es la primera vez que lo aprisionaban los vampiros desde que llegó a Jinko después de todo.
Dio una mirada minuciosa a toda la habitación.
La cerradura se veía muy fija y escapar por la ventana no era opción, porque simplemente no había.
Al cabo de un rato sintió ruidos afuera de su celda por lo que se puso alerta.
Tomando una posición de guardia intentó sorprender a su captor. Más su sorpresa fue mayor al ver que se trataba de Yomi.
-¿Tú?.
-Vaya, veo que estás vivo. Supuse que madre no te había golpeado tan duro.
-Cierto, me noqueó.
-Te lo tienes merecido, ¡Insolente!.
-¿Qué quieres, Yomi?. ¿Regodearte en tu victoria?.
-No puedo llamar a eso una victoria, después de todo fue madre quien te trajo hasta aquí.
-¿Entonces?. Porque ayudarme a escapar no lo creo.
-No seas ridículo. He traído algo para que te alimentes. Padre te necesita vivo para lo que sea que planee.
-¿En verdad nunca cuestionas las órdenes que te dan?.
-¿Por qué debería?. Debo portarme como lo que soy, la princesa de Jinko.
-Anteriormente, cuando nos conocimos, incluso pensé que podríamos ser amigos, Yomi.
-¿Amigos?. No me hagas reír. Los amigos son una pérdida de tiempo y definitivamente no serías de mi círculo.
-Debe ser muy solitario.
-¿Ah?.
-Esa forma de vivir tuya, lo sé porque solía pensar de esa manera.
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Silky, caída hacia el mundo irreal
Teen FictionHabía pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos. La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...