Había pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos.
La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...
La espesa nube oscura se escabullía rápidamente por el bosque.
Amy presentía que Mirai definitivamente se traía algo entre manos y eso se relacionaba con su querida hermana, y a su vez, Azariel era un participante importante en ese plan. Ume ya había venido aguantando eso por años y la presencia de Azariel había renovado sus esperanzas de cambio, aunque es un humano y es precisamente por eso que debe llegar con él, tenía un fuerte presentimiento de que todo se derrumbaría si el rey pone sus manos en él de alguna manera.
Conforme más se adentraba en el bosque, este parecía no terminar nunca, resultaba muy extraño dado que ese lugar solía transitarlo a menudo.
Abandonando su forma de sombra para ahorrar energía intentó volar, pero los árboles como si adquiriesen vida propia formaron una espesa capa de forraje que obstaculizó toda posibilidad de ir más hacia arriba.
-¡Tú y yo tenemos asuntos pendientes!.
Unas lianas salieron desde el suelo, sujetando fuertemente a Amy.
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La vampiresa que anteriormente había sido reducida fácilmente por Amy, salió de entre la maleza.
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-¡Vaya, veo que no te rindes tan fácil!. Eh, Mint.
Amy emitió su aura oscura que además tornaba sus ojos de un brillo carmesí, esa habilidad normalmente solía provocar que sus oponentes abandonaran cualquier tipo de sentimiento que no sea el terror.
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