Takeshi corría a la mayor velocidad que su "Impulso" le permitía.
Sus piernas estaban a punto de colapsar, no obstante su esfuerzo y su arduo entrenamiento habían demostrado que él estaba preparado adecuadamente para situaciones así.
La estela que Alka dejaba al volar estaba cada vez más cerca. Y con ello la oportunidad de rescatar a Silky a salvo.
----------------------------------------------------------En el aire, una Silky inconsciente debido al shock de haber sido lanzada al aire y tomada a máxima velocidad había comenzado a recobrar la consciencia.
Al abrir los ojos se sorprende al estar tan alto, el castillo ya estaba muy cerca.
Era un hecho que algo había pasado y la necesitaban por alguna razón. Por ende, no debía permitir que la llevaran.
Empezó a forcejear en los brazos de Alka, con el fin de detener su vuelo o mínimo, hacer que descienda un poco.
Alka detiene su vuelo mientras Silky sigue forcejeando.
La vampiresa la observa con su mirada vacía y sin previo aviso le da una descarga eléctrica que le causa un gran dolor y entumece todo su cuerpo.
Silky estuvo a punto de perder el conocimiento, de no ser por el duro entrenamiento que tuvo con Joseph y Amy durante ese año en la habitación de Kronos que la habían hecho acostumbrarse, no del todo, a ciertas torturas que su yo anterior al entrenamiento no hubiese sido capaz de soportar.
Intentó mantener la calma mientras Alka se disponía a retomar la marcha.
Fue entonces cuando recordó lo acontecido anteriormente en “Vamps”.
Al estar en un estado mental equilibrado, había logrado controlar su permanencia en este mundo a voluntad.
Por ende.
Ella hubiese dejado este mundo de no haber sido secuestrado Azariel y no estuviese apegada aún al cariño que Takeshi siente por ella.
Tomando eso como algo a su favor, Silky al cerrar sus ojos logra imaginarse dejando este plano para volver a su mundo.
De repente, siente como si esa fuerza cautiva la hubiese liberado y empezó a caer.
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Silky, caída hacia el mundo irreal
Novela JuvenilHabía pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos. La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...