Capítulo 62: Recuerdos maliciosos

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En su trono, meditando. El cruel rey veía cómo cada cosa se ponía en su lugar. Todo movimiento había sido calculado con anterioridad, desde mucho antes de llegar a ese mundo.

O al menos así era, hasta que esa variable se presentó, el bastardo de Azariel

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O al menos así era, hasta que esa variable se presentó, el bastardo de Azariel. Solo él podía poner en riesgo todo aquello que había planeado durante años.

Antes de conocer este mundo, su vida no iba más allá de un escritorio, en el que pasaba sus días desperdiciando su talento en un trabajo que carecía de emociones. Culpaba al mundo de interrumpir sus progresos y frustrar sus avances.

Nada lo podía sorprender, había perdido la capacidad de reaccionar ante las cosas nuevas dado que todo era tan aburrido

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Nada lo podía sorprender, había perdido la capacidad de reaccionar ante las cosas nuevas dado que todo era tan aburrido.

Hasta que apareció frente a aquella niña por pura casualidad.

Otro mundo, un nuevo mundo con cosas maravillosas para sorprenderse y tanto por investigar

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Otro mundo, un nuevo mundo con cosas maravillosas para sorprenderse y tanto por investigar.

Ese breve encuentro lo obsesionó, más aún cuando ella misma lo regresó a su maldita realidad. No sin antes darle ese collar que en su momento, ayudaría a que ella lo encontrase en un futuro.

Pero, qué significaba el futuro, en un mundo aburrido como ese. Tiempo no era algo para perderlo en ese plano tan patético.

 Tiempo no era algo para perderlo en ese plano tan patético

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Silky, caída hacia el mundo irrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora