Al escapar de su encierro, Amy puso en marcha una estrategia para su escape.
Con una última carga de su habilidad subió lo más que pudo hacia la parte superior de ese interminable conjunto de escaleras.
El rey previniendo esto, envió a un equipo de guardias a custodiar todas las posibles salidas del castillo.
No obstante, la puerta más importante a la vez era una a la que ningún otro puede acceder. Solo aquellos con la sangre de Umeko pueden entrar y salir por esa puerta y Amy, era una de ellas.
Al llegar a la habitación de su hermana, cuyo destino de salida era el bosque aledaño a la ciudad, se encontró con una gran cantidad de guardias esperando capturarla.
Tal vez con un vampiro cualquiera eso pudiese haber sido posible. Pero Amy era casi una fuerza de la naturaleza. Si se decidía a algo no había casi nada que pudiera detenerla. Era una fuerza imparable.
-¡Si saben lo que es bueno para ustedes, me dejarán pasar!.-¡Tenemos órdenes, señorita Amy!. ¡Entienda, por favor!.
-¡Vengan por mí entonces!.
Al son de las lanzas y espadas los caballeros del Reino se dispusieron a arrestarla, el aura oscura, sus ojos sanguinolentos les decían que lo que estaban por hacer era una pésima idea. Y Amy sabía lo que sus corazones sentían.
Con un simple ademán de sus manos todos ellos dejaron de avanzar, sabían que tenían una misión por cumplir, pero el instinto de preservación les advertía que el solo hecho de moverse, a pesar de estar armados, haría que sus cabezas se separaran de sus cuerpos de maneras indescriptibles.
Amy solo caminó a través de ellos, abrió la puerta y mientras la cerraba les dijo.
-Hicieron lo correcto, de otra manera todos ya estarían muertos.
Del otro lado, en la mansión de Umeko, llegó a la sala de recuperación donde tenía pintas de sangre y armamento de todo tipo. No tenía tiempo para perderlo con procedimientos actuales, así que tomó una y se alimentó a la antigua usanza. Poco a poco sus heridas terminaron de cerrarse y su energía había sido renovada.
Le extrañaba que Mirai no haya enviado a su hermana para detenerla, y a su vez, se preocupó por ese mismo hecho; ¿Qué podría estar maquinando ese bastardo en estos momentos como para ni siquiera tratar de atraparla?, ¿Acaso, en verdad pensó que un grupo de caballeros podría detenerla a pesar de estar herida?. Eso era un disparate.
Una vez recuperada volvió a las sombras para ponerse en marcha a "Vamps", sin saber de la batalla campal que en ese lugar se llevaba a cabo.
《Fin del capítulo 59》
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Silky, caída hacia el mundo irreal
Teen FictionHabía pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos. La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...