-Él estará bien, verdad?. Pregunté muy preocupada.
-Sí. Parece que solo está agotado. Las heridas no eran muy profundas. Hicieron bien en traerlo aquí. ¿En qué problema estás metido ahora Takeshi?. Consultó la dueña de casa a la cual Takeshi sugirió traer a Azariel.
Ella se llama Aiko, es conocida de la Universidad de Takeshi, al parecer sigue medicina. Atendió a Az sin cuestionamientos. Es realmente bonita, en mi mundo dirían que es una extranjera, rubia, bonito cuerpo, empiezo a pensar en el porqué Takeshi decía que no era una gran idea traerlo aquí. Pero opciones no teníamos.
-¿Y bien?. ¿Nos presentas Takeshi?.
-Sí, disculpa nuevamente por llegar de improvisto y con problemas.
-Que te metas en problemas es algo muy de tu estilo.
Esas miradas y risitas que comparten me ponen de malas.
-Yo me llamo Silky, salgo con Takeshi y el que está herido es mi amigo, Azariel.
Decidí presentarme ya que Takeshi andaba dándole muchas vueltas al asunto.
-Mucho gusto Silky. ¿Me puedes contar qué es lo que sucede?
El tono de voz de Aiko es tan dulce. Es de ese tipo de personas que simplemente no puedes odiar.
Aiko nos ofrece comida y un buen baño que a decir verdad. Sí necesitábamos. Aún estábamos cubiertos del hollín que habíamos utilizado para esconder nuestro olor anteriormente.
Después de tomar turnos con Takeshi quedamos limpios nuevamente. Aunque preocupados de que puedan seguirnos ahora que no nos escondemos.
Aiko había ordenado comida la cual desaparecí nada más verla, ya que habían pasado muchas horas desde la última vez que comí y el hambre definitivamente es mi enemiga. Le agradecí por todo lo que hacía por nosotros. Sin embargo, su rostro denotaba extrañeza.
-¿Y bien?. ¿Ya me van a decir qué es lo que está sucediendo?. Pregunta Aiko observando a Takeshi.
-No creo que eso sea una buena idea. Te agradezco la ayuda. Pero estás mejor sabiendo poco. Solo quédate con que esta noche has salvado vidas inocentes.
-Ahí estás otra vez con tus malditos secretos. Por esa forma de ser tuya es que me alejé de ti.
Aiko se levanta rápidamente de la mesa y se dirige al cuarto donde reposa Azariel.
-Ella. ¿Quién es exactamente, Takeshi?
-Salí con ella un tiempo hace un par de años. Pero no funcionó. Umeko o alguien más, tal vez se enterarían y no consideré correcto ponerla en riesgo de esa manera.
-¿Aún la quieres?
-No sé bien si el querer era algo mutuo en nuestra relación. Pero creo que es alguien en quien puedo confiar. Ahora al menos sé que a ti sí te quiero.
No había razones para desconfiar de Takeshi, y en este momento eso era lo menos importante dada nuestra situación. Aunque no me alegraba estar en casa de una de sus exnovias, es un hecho que ella estaba curando las heridas de Azariel. Además, conozco bastante bien los secretos de Takeshi, o por lo menos ya conozco la mayoría de ellos.
《Fin del capítulo 30》
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Silky, caída hacia el mundo irreal
Novela JuvenilHabía pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos. La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...