Había pasado ya un tiempo desde que me alejé de todo para refugiarme inclusive de mis propios pensamientos.
La absurda monotonía de este gris mundo me asfixiaba poco a poco al punto de que el solo hecho de despertar me resultaba completamente agota...
-No te preocupes, Silky, estaré bien. Me preocupa más Takeshi, se quedó solo peleando con esa loca. ¿Tú te sientes bien?
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-¿Lo dices por la mordida?. La verdad no sé qué sentir o cómo cambiarán las cosas en adelante. Al parecer eso lo fortaleció, pero fue tan de repente.
-¿Éstas bien con que el sea... tú sabes... un vampiro?.
-No me molesta. De hecho, de entre los que he conocido. Creo que la mayoría han sido buenas personas. Sé que hubo una guerra y por eso mismo es que se ocultan, pero considero que esos estigmas deberían ser solo contra los que trataban mal a los humanos durante los años de esa guerra.
-No fueron años fáciles. Incluso ahora que lo pienso, se siente como si hubiera sido algo más como una historia de terror. Si le preguntas a alguna otra persona mayor sobre la guerra, sabrá que hubo una. Pero no sabrá lo que aconteció.
-Supongo que la madre de Takeshi tiene algo que ver con eso.
-¿La madre de Takeshi?.
-Ehm. Sí. Luego hablaremos de eso. Ahora hay que llegar a "Vamps" a salvo, sino el esfuerzo que está haciendo Takeshi será en vano.
-Mira Aiko, ahí en frente.
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El majestuoso edificio del Club ya se veía muy cerca. Y las chicas tenían una falsa sensación de seguridad.
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