capitulo 12

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A la mañana siguiente cuando cruce con Mechi el estacionamiento de la escuela, mis buenas intenciones seguían intactas, pero eso fue hasta que vi como me miraba Jorge. Se encontraba con los otros chicos con la motocicleta. Al verme me estudio largamente y luego, como si hubiera decidido que yo no estaba a su altura, a parto la vista.

-ignóralo – murmuro Mechi al ver el intercambio de miradas. Era imposible. Quería ir hasta él y darle una cachetada pero, tengo que ser sincera: no soy del tipo de chica que tenga las agallas para hacer una escena semejante. Estaba segura que cuando estuviera frente a él perdería el valor. Vamos hazlo, me dijo la ira ¿mujer o ratón?. Siempre ratón. Siempre salvo esta vez. Había algo en Jorge que era como el fosforo que encendía mi mecha y yo estaba a punto de explotar

- discúlpame un momento Mechi.

Antes de que reaccionara cambie de dirección hasta el. La decisión que se escondía detrás de mi furiosa embestida  debió haberse trasmitido a los demás ya que todos voltearon a verme

-¿tienes algún problema? –guau, ¿realmente era yo la que había dicho eso?

- ¿qué? – Jorge metió la mano en su bolsillo, saco unos lentes y se los puso, de modo que me veía reflejada en el. Cuatro chicos me miraban con expresión burlona esperando que Jorge me rechazara

-gracias a ti, ayer casi me ahogo y me hiciste quedar como si yo hubiera tenido la culpa – permaneció en silencio: una táctica intimidadora que casi funciono

- tu tuviste mas culpa que yo de lo que paso en la balsa – mi ira se estaba apagando

-¿yo tuve la culpa? – exclamó con tono de incredulidad ante la posibilidad de que alguien se atreviera a encararlo

- yo no se nada de rafting y tu eres el experto, asique puedes imaginarte quien actuó pero de los dos  

- Jorge, ¿Quién es la chica enojada?- pregunto uno de sus amigos mirándome

-nadie – contesto alzándose de hombros, el golpe fue duro y me dolió 

- yo no soy "nadie". Al menos no soy un idiota presumido con una permanente cara de desprecio – disparé mientras me decía cállate Martina. Sus amigos lanzaron un aullido ante mi descarga

- Jorge, me parece que te tiene identificado – dijo el de pelo rojizo y lacio mirándome con renovado interés

- sí, ella es increíble – Jorge se encogió de hombro e hizo un gesto hacia la entrada de la escuela. Después de soltar toda mi energía me dirigí hacia Mechi

-¿que fue eso? – exclamo con admiración mientras me tocaba la frente para ver si tenía fiebre

- esa fui yo enojada. ¿Resulte convincente?

-eh... un poco

-¿tan mal?

-¡no estuviste fabulosa! –No sonó demasiado segura – Jorge se lo merecía. Pero será mejor que te escondas cuando lo veas venir, no debe estar muy contento de que lo hayas destrozado delante de sus amigos











mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora