mi alma gemela

capitulo 56

(Continúan narrando los recuerdos de tini)

Otros labios, color rosa chicle, me besaban la mejilla. Mi mama era la hermana de labios rojos. Olía levemente a perfume y tenía una risa Catarina. Su cabello largo y rubio me acaricio la panza cuando se inclino para hacerme cosquillas y yo reí alegremente

Sonó el timbre de la puerta

-quédate aquí tesoro – y alcanzo el costado de la cuna de viaje

Una voz atronada en el corredor. Papa. No queríamos que nos encontrase, ¿verdad, mami? ¿Qué hacia acá? Aferre mi conejo de orejas caídas mientras los escuchaba desde el pasillo

-pero tú no eres mi alma gemela, Ian... ambos lo sabemos. Es miguel. ¡Voy a ir a reunirme con él y no puedes detenerme! – la voz de mama era desagradable. Estaba muy enojada, pero también tenía miedo. Yo estaba asustada

-¿y qué pasa con la niña? ¿y conmigo? ¡No puedes marcharte de Inglaterra con ella!

-¡antes nunca la quisiste...! ¡Todo esto es por celos!

-no es cierto no permitiré que lo hagas

-tengo que estar con él. Tú deberías entenderlo mejor que nadie

-vete entonces pero yo me llevare a mi hija

Se estaban acercando y lance un gemido. La habitación estaba teñida de rojo de la furia y de dorado brillante del amor. En la penumbra, un hombre me tomo de la cuna y me apretó contra su pecho. La lámpara con forma de ratón exploto y los fragmentos de la bombilla volaron por el aire

-¡el ratón! – chillé

Mama temblaba de ira

-tu perdiste a Di cuando eras muy joven, era tu alma gemela y yo lo lamento muchísimo, Ian. Pero contra todas las probabilidades, yo encontré a la mía después de haber abandonado a búsqueda. Y tengo que estar con él. ¡Ahora ponla en la cuna!

Papa me apretó con más fuerza y note que estaba temblando

-Franny, ¿Por qué tengo que ser yo el que se quede sin nada? No lo voy a permitir – exclamo. Al moverse para tratar de recuperarse, extendió la mano hacia ella y mis libros saltaron del estante y la atacaron

La alfombra comenzó a arder bajo sus pies solloce

-basta, Franny ¡vas a incendiar la casa!

-¡no me la vas a quitar! – la furia de mama se desato y mi cama quedo envuelta en llamas – no voy a dejar a mi bebita – estiro la mano y pego un tirón de mi pijama

La cuna ardiente giro en el aire, se estrello contra ella y la arrojo hacia una pared

-mami – grite apretando los ojos

Nunca más volví a verlos

Otra imagen

La tía de los labios rojos, me había ido a buscar al hospital. Yo era la única que había sobrevivido al incendio: había salido flotando milagrosamente de la casa llevada por fuerzas ocultas y me habían encontrado acurrucada en el césped húmedo por el rocío. Vivíamos en un apartamento. Yo seguía teniendo frio y llevaba un vestido sucio. Era muy pequeña: mi cabeza todavía no alcanzaban los picaportes de las puertas

En la sala principal se escuchaba la música a todo volumen; estaba escondida en el vestíbulo, pues me habían dicho que me mantuviera fuera de la vista

-¡no me mires así! – era nuevamente el hombre conducía el automóvil. Esta vez estaba con un amigo. Como no me moví con la suficiente rapidez, me lanzo una patada. Me arrastre hacia atrás y me apreté contra la pared, tratando de fingir que no me encontraba allí. Lo observe mientras le alcanzaba algo al otro hombre y recibía dinero a cambio