capitulo 9

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No tenía ningún plan para el fin de semana ¿no sonaba patético?. Los sábados Mechi y lodo trabajaban en unas tiendas del centro y Nelson se había marchado del pueblo a ver a su padre.



Ven a buscarnos para almorzar juntos – dijo mariana alcanzándome un billete de veinte dólares – ve a echarle un vistazo al pueblo



El vistazo no me costó mucho tiempo. Wrickenridge no era el pueblo más grande que había conocido. Continúe mi recorrido hacia el parque por la calle principal. Pase el lago de los patos que en invierno era oficialmente la pista de patinaje y seguí caminando hasta que los jardines se trasformaron en bosque.



Seguí un camino ascendente esperando alcanzar un mirador que había visto marcado en el mapa de la entrada del parque con un misterioso cartel: "pueblo fantasma". Cuando llegue pude ver una hermosa vista de Wrickenridge y el resto del valle. El cartel no había mentido sobre la saliente había una calle de construcciones de maderas abandonadas y había una placa: municipio Gold Rush (fiebre del oro), construido en 1873.Leyendo eso una ramita crujió a mis espaldas. El corazón palpitando y mi cabeza llena de fantasmas, me di vuelta y divise a Jorge blanco. Se veía cansado, tenía sombras bajo los ojos. Tenía el cabello desordenado como si se hubiera pasado las manos reiteradamente.

-perfecto justo lo que necesitaba  - exclamo con hiriente sarcasmo mientras retrocedía

- me marcho – dije poniéndome de pie

- no hace falta vuelvo más tarde

- de todas maneras, estaba por irme a casa – se quedo inmóvil mirándome. Tuve la extraña sensación de que estaba extrayendo algo de mí, como si existiera un hilo entre nosotros  y el lo estuviera enrollando.Me estremecí, cerré los ojos y levante una mano con la palma extendida hacia él. Me sentía mareada – por favor... no hagas eso.

-¿Qué cosa?

- mirarme de esa forma - mi  rostro  se tiño de un rojo intenso. Gire y me encamine velozmente al edificio más cercano, dejándole banco, pero el vino de tras de mi

-¿mirarte de que forma? – repitió pateando un tronco del camino

- no quiero hablar de eso – masculle y continúe la marcha – solo olvídalo

- hey, te estoy hablando – me tomo del brazo pero luego dudo en hacer ese movimiento – mira... he...Martina, ¿no es cierto? – alzo los ojos como buscando consejo, sin poder creer lo que estaba a punto de hacer – tengo que decirte algo. – Me soltó – hay algo que tienes que saber –

-¿qué?

- ten cuidado por la noche. No salgas sola

-¿Qué quieres decir?

- la otra noche vi... mira simplemente cuídate, ¿está bien? – no, no estaba bien. Era un tipo aterrador

- tienes razón – que yo no había dicho eso en voz alta, ¿verdad?, lanzo maldiciones y pateo con frustración las herramientas destrozadas de la mina. Me cruce de brazos, todo eso es por mi culpa, Había hecho algo, no sé que, algo que lo había hecho explotar

-¡no, no es así! – Exclamo con dureza – nada de esto es por tu culpa, ¿entendiste? – Bajo la voz – y supongo que te estoy asustando mucho – me quede quieta

- está bien me voy  - se alejo abruptamente y desapareció maldiciendo en voz baja. Se podría decir que todo salió muy bien















mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora