capitulo 52 parte 2

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maraton 3/5

Él sábado por la mañana, Cecilia y Saul blanco, vinieron de visita. Desde nuestro primer encuentro, nunca me había sentido cómoda con la madre de Jorge, pero esta vez se comporto muy bien y no dio ningún indicio de que estuviera estudiándome ni leyendo mi mente. Lo gracioso del caso es que ahora no me hubiera molestado que alguien me hubiera dicho que estaba sucediendo dentro de mi cabeza ya que yo no tenía la menor idea. Recordé la conversación que había mantenido con Saul acerca de mi relación con su hijo; ahora que sabían que yo había sufrido una crisis nerviosa en las vegas ¿seguirán tan entusiasmado de que forme parte de su familia?

Mariana, Alejandro yo nos sentamos con los blanco en la cocina. Intercambiaron algunos cumplidos y mencionaron los conciertos planeados para navidad y la ajetreada temporada en las pistas. Sentí pena por no participar en los eventos musicales como había planeado. Los ensayos en la escuela se estarían llevando a cabo sin mí. Finalmente, Saul se refirió al motivo de su visita

-Martina – comenzó volteando hacia mi – es bueno tenerte de nuevo en Wrickenridge

-gracias, Sr. Blanco

-Jorge nos conto que tenias recuerdos falsos

Baje la vista y me mire las manos

-pensamos que podemos ayudarte

-vea, Sr. Blanco – dijo Alejandro aclarándose la garganta – aprecio mucho que hayan venido hasta aquí pero Martina tiene una médica excelente que se está ocupando de su tratamiento. Me parece que es mejor no entrometerse

-eso estaría bien en una situación normal – intervino Cecilia. Su tono delataba un dejo de impaciencia - pero nosotros creemos que es probable que el problema de Martina este más allá del ámbito medico normal

La mirada que intercambiaron Mariana y Alejandro resulto evidente. Se oponían a cualquier sugerencia que estuviera fuera de su control: los blanco no eran los únicos que sabían cómo cerrar filas en torno a su familia

-quizás tenga razón pero es nuestra hija y nosotros decidiremos con ella lo que es mejor – Alejandro se puso de pie dando a entender que esta amistosa visita había llegado a su fin

Saul tenía la vista puesta en mí

-Martina, me gustaría que pasaras algún tiempo con nuestra familia. Cuando nos reunimos, existen cosas que podemos hacer para ayudar a alguien que se encuentra en tu situación

La perspectiva me atemorizaba pero también sabía que, a pesar del optimismo de mis padres, los métodos de la doctora no me estaban llevando a ningún lado

-¡es justamente el tiempo pasado con su familia lo que llevo a Martina al problema en el que ahora se encuentra! –Alejandro ya no se preocupaba por ocultar su irritación – mira, Sr. Blanco...

-por favor, llámame Saul. Hemos pasado muchas cosas juntos como para mantener tanta formalidad

-Saul, Jorge nos agrada, es un chico genial, pero es probable que Martina ya no vaya a estar mucho tiempo más por aquí como para ir a visitarlos. Por favor márchense ahora y déjenos solos. En su corta vida, tini ya ha tenido que soportar bastantes problemas, no aumenten la presión bajo la cual se encuentra exigiéndole más cosas

Mariana entrelazo los dedos y los apretó firmemente

-desde que era muy pequeña, siempre hemos sabido que la salud mental de tini era delicada. No es culpa de ustedes pero la asociación con su familia y sus problemas excepcionales han trastornado su equilibrio. Por favor, ahora déjenos en paz

La discusión se llevaba a cabo por encima de mi cabeza como si yo no estuviera presente

-Por favor mariana

-está bien, tini. No hay nada de qué avergonzarse

-su hija nos necesita – dijo Cecilia

-lo siento pero no estoy de acuerdo – repuso mariana mientras se dirigía a la puerta y se paraba junto a papá – nosotros sabemos que es lo mejor para Martina. Hace seis años que está con nosotros, por lo tanto creo que la conocemos bastante mejor que ustedes

-basta. Por favor, cállense todos – exclame. Me sentía como si fuera el hueso por el cual pelaba una jauría. Todos afirmaban que sabían que era lo mejor para mí que se me hacía muy difícil decidir por mi misma

Saul se levanta de la mesa

-Cecilia estamos angustiando a Martina. Es mejor que nos marchemos – me lanzo una mirada intensa – Martina, el ofrecimiento sigue en pie. Piénsalo, por tu bien y el de Jorge

Golpeando con fuerza las puertas del auto los blanco se marcharon en medio de una despedida tensa. Permanecí en la sala pasado los dedos por el piano. ¿Era mi imaginación o también estaba desafinado?

-bueno francamente – comento mariana al entrar a la casa con un resoplido - ¿existiría alguien en Wrickenridge que no nos diga lo que debemos hacer?

-lamento mucho que hayas tenido que presenciar esto, mi amor – Alejandro me acaricio el pelo – creo que tienen buenas intensiones

-en este momento las vegas me resulta muy tentador – agregó mariana

Los ojos de Alejandro brillaron como un conductor que ve un hueco en medio del tránsito atascado y sabe que puede abalanzarse sobre el

-entonces llamare a la señora Toscana para ver que podemos arreglar

No me agradaba esa actitud de lanzarse a toda máquina a una vida nueva, quería tiempo para adaptarme a la que me había creado aquí. Necesitaba averiguar que había entre Jorge y yo

-¿podríamos pensar un minuto sobre lo que dijeron los blanco? Tal vez puedan ayudar – dije, cerrando la tapa del piano

-lo siento, tini, pero no voy a cometer el mismo error dos veces. Quedar envueltos en los asuntos de esa familia fue un verdadero desastre. No nos molesta que Jorge venga a visitarte pero no vas a ir a su casa. Estas mejorando y no queremos contratiempos. Hare la llamada

Tenía poca energía para una pelea, de modo que me puse de pie y me y anuncie que me iba a dormir. Mientras subía escuche a Alejandro hablar animadamente con su nuevo contacto. No tenía el menor deseo de visitar las vegas ¿Por qué habría de tenerlo si todo lo que deseaba estaba aquí?


mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora