capitulo 42

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Esperaba que tuviera razón. Mis sentimientos por Jorge eran cada vez más profundos, pero no lo suficiente como para pensar en términos de un compromiso para siempre, que es lo que ellos esperaban. Me conocía bastante como para saber que si alguien me forzaba, saldría huyendo. Hasta el momento Jorge parecía entenderlo, ¿pero cuanto más habría durar su paciencia?

Estaba muy decepcionada por no haber visto a Jorge hoy. A pesar de haber recorrido la basa de las pistas. Mechi fue la primera en bajar bastante enojada con un chico que casi había chocado con ella en su tabla de snowboard

-¿no viste a Jorge? – pregunte ansiosa

-no solo a un idiota puro ego y sin cerebro, también conocido como Nelson. Intentaba impresionarme – arrojó el equipo al auto - ¿lista para volver a casa?

-sí, gracias. ¿Todavía no te convenció?

-¿de qué? ¿De qué somos el uno para el otro? ¡Por favor!

Me deslice por el asiento del acompañante. Mechi giro la llave pero el motor no se encendió y debió tratar un par de veces hasta que arranco

-diablos, suena mal. Esta mañana andaba perfecto. Es una chatarra

-¿de modo que debo suponer que tu hermano favorito ah sido degradado?

-puedes estar segura

Regresamos al pueblos con la perturbadora sensación de que el auto iba a decir basta cada vez que descendía la velocidad

-¿preparada para bajar y empujar? – bromeo

Llegamos hasta la calle Main cuando el sistema eléctrico dejo de funcionar

-Mechi creo que es mejor que lo lleves a un taller mecánico

- sí, eso es lo que estoy haciendo – afirmo y entro a una estación de servicio

Kingsley, el mecánico salió al oír el motor en problemas

-abre el capó, querida – le dijo a Mechi. Echo una mirada al interior y se rasco la cabeza – yo diría que el alternador a desaparecido

Eso no aclaraba demasiadas cosas

-es lo que carga la bateria – agrego al ver nuestra cara de ignorancia – sin él, te quedas sin energía electrica y con esto – señalo al automóvil

-un auto muerto – Mechi le pego una patada al neumático

-temporalmente muerto. No es algo fatal, mañana lo arreglo

-gracias, Kingsley

- lo empujare hasta el taller. Puedes dejar el equipo en la cajuela

Al dejar todo en la cajuela nos quedamos a pie

-Qué mala suerte – dijo Mechi. Conocía la cura para esto

-¿quieres un panecillo con chispas de chocolate? – se animo de inmediato

-exactamente lo que necesitaba. Tini, eres una buena amiga

Después fuimos a la cafetería y me las arregle para quitarle la indignación que albergaba contra Nelson. Señalándole que en sus intentos por llamar su atención, no había maldad

-puede ser, pero a veces se comporta como un bebe. ¿Por qué no puede madurar?

-tal vez su aprendizaje está atravesando una curva muy pronunciada

-¿y ahora quien es yoda? – pregunto con una mueca. Coloque mi mejor expresión de anciano arrugado

-Nelson, amable es. Oportunidad darle debes – se largo a reír

-¿qué dices?, es imposible que yoda tenga acento ingles

-si dejamos eso de lado, ¿dirías que soy igualita a él?

-si tu lo dices...

-diablos, odio a las chicas altas

Afuera de cafetería teníamos que tomar diferentes caminos. Estaba oscureciendo. Los faroles de las calles comenzaba a titilar y las sombras daban una sensación de mayor penumbra

-gracias por las clases y lamento lo del auto

-son cosas que pasan. Tendré que trabajar unas horas extras para poder arreglarlo. Nos vemos

Hundí la mano en el bolsillo de la chaqueta para avisarles a mis padres que me dirigía a casa

-hola, ¿mariana? El auto de Mechi tuvo problemas. Voy a ir caminando desde la calle Main

-¿sola?

-sí, lo sé. No es lo mejor. ¿Puedes ir a encontrarme a mitad de camino? No quiero ir sola

-ya salgo. No vemos en la tienda. Quédate donde haya gente

-De acuerdo, te esperare adentro

Metí el celular en el bolsillo trasero. Había unos quinientos metros desde la cafetería hasta la tienda. Comencé la marcha preguntándome como andaría Jorge. ¿Su padre le contaría que yo había pasado con la esperanza de poder verlo? Casi había llegado al cruce cuando un hombre se me acerco corriendo por detrás. Eche un vistazo rápido: grandote, barba, la cabeza totalmente rapada y una larga cola de caballo. Me hice a un lado para dejarlo pasar

-hey me parece que se te callo esto – estiro una billetera de cuero color café

-no, no es mía – apreté muy bien mi bolso sabiendo muy bien que mi billetera color rojo estaba adentro

-es raro... porque lleva una foto tuya dentro – comento con una mueca de decepción

-no es posible – respondí perpleja y tome la billetera. Cuando la abrí me encontré con mi propia cara. Era una foto muy natural y reciente con Jorge y yo en el patio de la escuela. Estaba llena de billetes, mucho mas dinero de lo que suelo llevar siempre – no entiendo – levante la mirada al hombre de la coleta. Había algo extraño en el. La puse en sus manos y retrocedí – no es mía

-claro que lo es, Martina – como sabia mi nombre

-no, no lo es – y comencé a correr

-espera, ¿no quieres el dinero? – grito y vino tras de mí.

Llegue a la esquina pero el transito iba tan rápido que no podía arriesgarme a causar un accidente. Mi momento de vacilación le permitió alcanzarme. Se acerco y sentí como algo se hundía en mis costillas

-entonces déjame explicarte las cosas con más claramente dulzura. Vas a entran con migo al auto sin llamar la atención

Me aparte de él y respire hondo como para lanzar un grito

-si lo haces, disparo – me clavo en el costado lo que comprendo que era un arma. Una camioneta negra con vidrios oscuros se detuvo a nuestro lado – entra

bueno queria contarles que mañana no podre subir capitulos ya que voy a ver a unos parientes y no creo que haya internet por todo lo que paso aca en chile, lo del terremoto. bueno eso era todo.


mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora