capitulo 53

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maraton 4/5

Me senté en el borde de la cama y me quede mirando por la ventana hasta mucho después de que mis padres se hubieran ido a dormir. El invierno ya estaba instalado. El termómetro marcaba temperaturas por debajo de cero. No podía soportal la situación. Quería gritar y golpearme la cabeza hasta que estuviera bien otra vez, estaba haciendo grandes intentos para estar mejor, pero realmente me sentía cada vez peor

Aferrándome a la cordura, me apoye con sumo cuidado sobre la fina capa de nieve que protegía mi mente, pero temí que solo se tratara de una ilusión: ya me había caído antes a través de las grietas

Con los puños apretados, me levante y camine hacia la ventana. Tenía que hacer algo. Había un solo lugar donde podía ir para impedir que el daño continuara extendiéndose. Tome la bata y abrí el pestillo de la ventana con fuerza. Sabía que era una locura pero que me importancia tenia si, al fin y al cabo, yo pensaba que había perdido la razón. Lamentando que mis botas de nieve estuvieran abajo (no quería que mis padres descubrieran mi plan). Trepe al techo del porche, me deslice por el costado y caí al suelo. Los zapatos blandos se empaparon de inmediato pero eso no me preocupó ya que estaba convencida de que era mi única esperanza

Me lance a correr por el camino. Primero temblaba de frio pero, unos segundos después ya no sentía nada. Pasando por el frente del porche viendo el auto me arrepentí de no haber aprovechado las leyes de colorado que permitían conducir desde los dieciséis. Jorge me había dicho una vez que me iba a enseñar pero no se había dado la situación

Tome la ruta que llevaba al teleférico. Ahí la nieve estaba pisoteada y se había congelado a los costados del sendero. Al mirar al suelo, me di cuenta que las suelas de mis zapatos estaban hechas trisas y me sangraban los pies, curiosamente no me preocupo mucho

Me aproxime a la casa de los blanco con cautela preguntándome qué clase de seguridad habían instalado. Habían estado esperando un ataque y todavía no debían de bajado la guardia. Cuando me hallaba a unos cien metros, presentí un obstáculo. No era algo físico sino una sensación de miedo y falta de ganas que me instaba a regresar. Levante un escudo protector y seguí adelante, la determinación de llegar hasta Jorge era más fuerte que ese instinto adverso.

Cuando me libere de él, sentí que había tropezado con algún tipo de alarma. En la casa se encendieron las luces. Primero las de arriba y después las de abajo

¿En que estaba pensando? ¿Acaso habría creído que poda ir a golpear la puerta a la mitad de la noche? Esto no era Inglaterra sino estados unidos, donde todos estaban armados: era probable que me mataran antes de descubrir quién era. En ese instante, se evapora la certeza de que esa era una buna idea. Indecisa, permanecí en el medio del camino pensando si poseía la energía necesaria para dar la vuelta y volver a casa

-no te muevas. Levanta las manos donde pueda verlas – ordeno una voz de hombre que no reconocí

Me quede congelada en el lugar. Tenía demasiado frio como para moverme o pensar

Entonces escuche el sonido inconfundible del seguro de un rifle; algo que solo había oído en las películas

-acércate con las manos en alto – agrego y tuve que contener una risa nerviosa – colócate cerca de la luz donde pueda verte

Me obligue a moverme

-¡dije con las manos en alto!

Alce las manos temblorosas

-¡Nico, es tini! – Jorge salió disparado de la casa y de inmediato lo sujetaron del brazo. Nico el hermano mayor que era policía de Denver, no le permitió acercarse

-puede ser una trampa – advirtió

Detrás de mi Facu broto de la oscuridad y apoyo la pistola en mi espalda. Había rodeado el lugar para cortar mi retirada

-¡suéltame! – grito Jorge mientras forcejeaba, pero Saul se unió para detenerlo

-Martina, ¿Por qué no estás usando telepatía? – el Sr. Blanco hablo con tranquilidad

Trague saliva. Ya había demasiadas voces en mi cabeza

-¿puedo entrar? Usted digo que podía venir

-¿está sola? – pregunto Nicolás a Facu

-eso parece

-pregúntale para estar seguros – Nico bajo el arma - no podemos arriesgarnos

- ¡Facu no te atrevas a tocarla! ¡Déjenla en paz!- Jorge se soltó de los brazos de su hermano y bajo saltando los escalones

-¡Jorge! – grito Saul

Pero ya era tarde. Jorge estaba junto a mí y me envolvía entre sus brazos

-¡chiquita estas helada!

-yo... lamento haber venido así – murmure

-deja de actuar de manera tan británica. No tienes que disculparte. Shh, está todo bien

Saul esta acerco a nosotros pero no se atrevió a sepárame de su hijo

-no está todo bien. Tenemos que saber por qué ha venido. A travesó nuestro cerco de seguridad. No puede haberlo hecho sin ayuda. Sus poderes no son tan fuertes

Facu me aparto suavemente del pecho de Jorge y me clavo su mirada

Dinos por que estas acá. ¿Alguien te envió?

Estaba usando su don: mezclaba sus palabras con una coacción para hacerme responder

Debes decírmelo, Martina

-¡ya basta detente! – Solloce apartándome de ellos - ¡salgan de mi cabeza! ¡Todos!

Jorge alejo a Facu de un empujón y me levanto entre sus brazos. Estaba furioso

-digan lo que digan, la llevare adentro. Es mía, es mi alma gemela, y es mejor que no intenten detenerme

Ante el anuncio, los hermanos reaccionaron con gran sorpresa y Saul, con resignación

-mírenla esta violeta de frio – Jorge se abrió entre su familia y me condujo a la cocina. Xabi se encontraba ahí junto con Samuel, uno de los hermanos al que todavía no había sido presentado formalmente

-llego caminando – dio Samuel, que estaba pasando las grabaciones de un circuito de televisión – no hay señales de otra persona

-Martina, ¿a qué etas jugando? – Xabi se acerco a mí y luego observo mis pies – rayos, Jorge ¿no notaste que está sangrando? Siéntala aquí

Jorge me sujeto mientras Xabi me sacaba lo que quedaba de los zapatos. Cerró los ojos y apoyo las palmas de las manos en las plantas de mis pies. Al instante sentí un cosquilleo como de alfileres, algo de dolor y luego los dedos recuperaban la sensibilidad

Facu apoyo la pistola en la mesa y le quito el cargador

-Samu, Xabi, hay algo que nuestro hermanito olvido mencionarles

-si les presento a su alma gemela – anuncio Nico

Durante un segundo, el contacto de Xabi fue más fuerte y después volvió al proceso de sanación

-¿en serio? – dijo Samuel con un silbido

-eso es lo que él afirma – comento Nico mirando al padre. Saul asintió

-bueno quien lo iba a imaginar – dijo Samuel mientras me miraba con genuina felicidad - ¿Martina no tienes hermanas mayores?

-no que ella sepa... pero trataremos de averiguarlo – dijo Jorge y le sonrió con gratitud


mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora