mi alma gemela

capitulo 60 parte 2

La agente del FBI que había conocido meses atrás, se encontró conmigo en los baños del aeropuerto McCarran, en las vegas, para colocarme el micrófono

-hola Tini, ¿te acuerdas de mí? – pregunto mientras sacaba su equipo

-Por supuesto

Me sonrió desde el espejo – apreciamos lo que estás haciendo por nosotros

-sí, oye, podrías darte prisa, Mariana va a venir a buscarme en cualquier momento

Me sonrió ante mi preocupado reflejo – eso no es muy probable. Esta siendo entrevistada por un reportero local sobre su opinión acerca de las normativas del aeropuerto. No la están dejando escapar

-¿y el es?

-uno de nuestros hombres – deslizo un diminuto micrófono dentro del elástico de mi sostén – con eso debería bastar. Intenta no cubrirte demasiado y recuerda no golpearlo con nada, ya que le da a nuestro oyente una terrible migraña

-ok, ¿eso es todo? ¿Ninguna bateria o cables?

-Nop, tiene su propia fuente de poder y funcionara por veinticuatro horas. Ningún cable que te delate

-pero emite una señal, ¿no?

-sí, trasmite sonido. Lo que tu escuches, nosotros lo escuchamos

-¿puede alguien notarlo?

-en teoría pero solo si tiene conocimiento interno de las frecuencias del FBI. No hemos tenido problemas antes

-pero y que si Daniel Kelly ya obtuvo esta información de uno de ustedes

Hizo una mueca. – entonces las cosas se pondrán realmente feas. Pero no te preocupes te sacaremos a ti a tus padres

Mariana se estaba presumiendo cuando regrese a su lado

-ese joven estaba realmente interesado en mis opiniones – dijo – me dijo que estaba completamente de acuerdo conmigo en que el aeropuerto es soso y le vendría bien un poco de obras mas desafiantes, tal vez una vaca de Daniel Hirst o una calavera de diamantes, después de todo esto es las vegas

-por qué no ir por el todo y tener una cama Emin – gruño Alejandro, a quien no le gustaban demasiado las grandes obras de infraestructura – la mayoría de la gente que vaga por los aeropuertos luce como si le fuera a venir bien un buen descanso

-debería haber pensado en ello – Mariana me giño un ojo

-pienso que uno de esos cuadros con los relojes derretidos de Dalí es más apropiado, el tiempo parece fundirse para los viajeros internacionales – sugerí

Mis padres se detuvieron y se me quedaron mirando con asombro

-que – pregunte avergonzada

-¡comprendes el arte! – exclamo Mariana

-sí, ¿y?

Alejandro se rió con deleite – todos estos años y yo pensaba que no se lo estábamos contagiando - me dio un ruidoso beso

-aun así no iré a salpicar pintura sobre unos pobres lienzos desprevenidos – mascullé, contenta de que les había dado algo por lo cual festejar. Ya me sentía lo bastante mal de haberlos metido a ciegas en esto

-no esperaríamos que lo hicieses. De hecho, creo que te prohíbo que lo intentes. Imagina tener a otro alocado artista en la familia

Alejandro enlazó sus brazos con el mío y el de Mariana y nos saco danzando del aeropuerto hacia el auto que nos aguardaba