Caminando a través del vasto bosque que rodeaba su casucha, Jimin acomodó la capucha de su capa sobre su cabeza para evitar que la suave llovizna golpeara directamente en su rostro y mojara su larga cabellera negra.
Siempre era una molestia el tener que sacarla, en especial cuando tenía que peinarse y luego secarla o si no, después tendría un desastre en su cabeza que parecía un nido de pájaros que preferiría evitar.
Si no fuera por la estúpida regla de que todo doncel debía de mantener su cabello largo para poder distinguirlo, como si no fueran suficientemente obvio con su pequeño cuerpo delgado, hacía tiempo que se lo habría cortado hasta los hombros por lo menos.
Exhalando lentamente, Jimin se detuvo en lo alto de una gran roca y observó con atención a su alrededor, buscando su presa.
Sus plateados ojos destellantes absorbieron todo lo que rodeaba, captando desde las pequeñas gotitas finas cayendo sobre un arbusto cercano, a un pájaro buscando refugio entre las ramas de uno de los tantos árboles que le rodeaba, y finalmente, contempló a un gordito conejo que comía con avaro la zanahoria que había dejado como cebo para atraerlo.
Con movimientos lentos y tan silencioso como pudo, el pelinegro lentamente alzó un brazo sobre su cabeza y tomó una de las flechas guardadas en su bolso tras su espalda.
Cogiendo una, enderezó su brazo con el arco y se colocó en posición.
Tomando una profunda respiración, Jimin exhaló con lentitud mientras estiraba de la cuerda de su arco con su flecha.
Cuando sus ojos conectaron con los del inocente conejo, soltó la cuerda y sintió el placer recorrer su cuerpo al sentir el filo de su flecha salir disparada, cruzando sin problema la ligera lluvia para impactar directamente en el pequeño animal.
La pequeña cosa apenas pudo emitir un chillido de la sorpresa antes de caer totalmente, pasando rápidamente al otro mundo.
Sonriendo complacido de haberle dado una muerte rápida al goloso conejito, Jimin bajó su arco y con un salto abandonó la gran roca, cayendo a la perfección sobre el lodoso suelo.
Cuando unos aplausos atravesaron todo el lugar, el doncel de destellantes ojos observó sobre su hombro para encontrarse con su hermano mayor salir del cobijo de un frondoso árbol.
—Siempre tuviste habilidad para la caza, pero mejoraste increíblemente desde la última vez que te vi —comentó Taeyang, aun aplaudiendo para él.
—Hey, ¿qué haces por aquí? ¿Perdiste tu camino de vuelta a casa? —se burló con una pequeña sonrisa antes de ir hacia el conejo.
—No me perdí, me desvié para poder saludarte —expresó acercándose.
—Solo dime que nuestro estúpido padre te envió a verificar si ya había muerto —resopló, agachándose y quitándole su flecha el pequeño animal.
—Sabes que ni siquiera me enviaría por eso, todos saben que hierba mala nunca muere —se mofó.
Jimin soltó una risa y guardó su flecha.
—Dicen esa mierda, pero de lo más feliz que recurren a mi cuando uno de sus hijos se enferma o mandan a los niños a exigir que ayude a su padre o madre enfermo, demasiados orgullosos como para venir por ellos mismos —expresó tomando las dos patas traseras del conejo antes de levantarse.
—Todos son unos idiotas —apoyó Taeyang, encogiéndose de hombros—. Bonito conejo el que tienes ahí, nunca vi uno tan gordo —observó con sorpresa genuina.
—Lo sé —sonrió observándolo todo orgulloso—. Esta pequeña cosa creía que no me daba cuenta de todo lo que me robó en mis cultivos —expresó comenzando a caminar.
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༺ Wild Breeze ༻
FanfictionUn matrimonio no deseado y un triángulo amoroso en el que no estaba incluido nunca han sido una buena combinación. El doncel Park Jimin no es el joven más feliz del mundo cuando su padre, el jefe del clan Park y un hombre que lo odiaba irracionalme...