༺ Capítulo XIX ༻

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—¿De qué hablabas con mi hermano? —cuestionó Yoongi tan pronto como abandonaron la fiesta, dejando atrás el sonido de las risas y diversión.

—Ese no es tu maldito asunto —resopló Jimin, golpeando esa fuerte y amplia espalda para que le dejara libre.

—Eres mi maldito esposo, por lo que si lo vuelve mi asunto —respondió con sus cejas frunciéndose automáticamente.

—Entonces vuelve ahí adentro y pregúntale tú mismo —indicó el doncel, buscando la forma de que le bajara.

—Si sigues golpeándome la espalda, azotaré tu trasero —amenazó Yoongi, cansado de los golpes del doncel.

—No te atreverías —pronunció Jimin, quedándose quieto.

—¿Quieres probarme? —cuestionó, deteniéndose.

—Eres un idiota salvaje —refunfuñó finalmente su esposo luego de unos largos segundos en silencio, quedándose quieto como un peso muerto sobre su hombro.

—Mucho mejor —expresó volviendo a caminar con su humor igual de mal que desde un principio.

En sí, su día había comenzado mal al despertar con ese horrible dolor de cabeza.

Lo que sea que SuHo le dio a beber no había servido más que para despertarle un poco más, pero por lo otro seguía igual de mal.

Y todo había empeorado con la conversación de su abuelo, aunque odiaba admitirlo, tenía razón al decir que un guerrero que no podía cuidar bien de su esposo no tenía derecho de proteger a su pueblo.

¿Cómo se suponía que los iba a mantener a salvo cuando ni siquiera podía hacer eso con el doncel con el cual se había casado?

Aunque no le gustara, era momento de aceptar que en su matrimonio forzado no había sido el único obligado a ello, y por mucho que el doncel no fuera de su total agrado, eso no significaba que debía de descuidarlo de tal forma.

Ahora se había transformado en su esposo, en su responsabilidad, ¿qué clase de guerrero sería si no podía mantener a salvo el hombre con el cual compartiría su lecho el resto de su vida?

Tal vez Jimin no era un doncel normal, pero nadie dijo que un matrimonio sería fácil.

La humillación que había pasado en la tradición de la caza fue un duro golpe directo a su orgullo, especialmente porque no se pudo defender, y todo debido a que su propio abuelo decidió apoyar a su esposo, antes que a él, a su propio nieto.

Sí, tal vez no se había comportado de la mejor forma en su propia boda, pero esa no era razón para actuar de esa manera.

¿Por qué Jimin reía, conversaba y comía como si nada luego de haberle dicho a todo el clan Min que era pésimo en la cama?

Soltando un sonido frustrado al finalmente contemplar su casa a unos míseros pasos, Yoongi entró y observó a los mismos esclavos de esa mañana sentados cómodamente mientras hablaban como si no tuvieran ningún trabajo en el mundo.

—Quiero que mi baño esté preparado ahora —anunció y luego se alejó entrando a su habitación.

Sin ninguna otra razón para mantener a su esposo sobre su hombro, Yoongi lo tomó de la cintura y lo dejó lentamente en sus propios pies, observando su rostro molesto.

—Si querías irte, perfectamente podías haberlo hecho tú solo —refunfuñó, inclinando su cabeza hacia atrás para observarle.

—Eres mi esposo, vas a donde yo esté —respondió ceñudo.

༺ Wild Breeze ༻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora