༺ Capítulo XXXVIII ༻

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Cuando Jimin comenzó a despertar, fue algo lento al principio, sin querer hacerlo realmente.

Tan calentito y cómodo como se estaba, por supuesto que no deseaba despertar ni mucho menos moverse del lugar en el que se encontraba.

Los músculos de su cuerpo se habían estado quejando por pasar la mayor parte de su tiempo sentado en aquella silla o parado preparando tanto el ungüento como el antídoto para Yoongi, con suerte había tenido unas pequeñas dormiditas más por cansancio que por gusto donde caía dormido en una incómoda posición que le provocaba dolores en sus músculos.

Y aun así, en ese momento, realmente... Ninguno de sus músculos se estaba quejando.

Lo cual no era una buena señal, debido a que si se quedaba dormido en la silla, lo normal era que despertara con color de cuello o espalda, aún más con algo de frío y mucho cansancio por haber dormido mal, pero en ese momento...

Era todo lo contrario.

Su cuerpo no le dolía para nada y en vez de sentirse cansado, sus fuerzas estaban completamente recuperadas, lo que indicaba a su vez que no había tenido una simple siesta corta.

Forzando a sus ojos a abrirse, Jimin alzó una mano para restregarlos una vez fue obvio que sus párpados no querían cooperar con su deseo, deseando quedarse cerrados unos minutos más.

Cuando el doncel finalmente logró abrirlos, contempló un pecho desnudo y firme frente a él, con algunas cicatrices viejas familiares. Y entonces, se percató de que la calidez que le envolvía se debía al fuerte cuerpo que estaba frente a él, rodeándole con uno de esos brazos poderosos que fácilmente lo habían alzado sin problema más de una vez.

—Oh, mierda —exclamó al finalmente lograr que su cerebro se pusiera a trabajar, reconociendo estar en la misma cama que Yoongi.

Inmediatamente, su cuerpo intentó moverse, asustado de haber lastimado a su tonto esposo y sin poder recordar el momento en que se subió con él en la cama.

—Quédate quieto... —gruñó una baja voz ronca y profunda por encima de él.

—T-tú... —balbuceo con sorpresa el escucharle—. Despertaste... —exclamó, intentando apartarse nuevamente para observarle.

Pero por supuesto que Yoongi solo soltó un gruñido bajo y se lo impidió, volviendo a acurrucarlo entre sus brazos.

Y como sabía que eso no era suficiente para mantener tranquilo a su esposo, el guerrero giró un poco más su cuerpo, con cuidado, para así apoyar gran parte de este sobre Jimin. Alzando una pierna, la entrelazó con la del doncel, finalmente logrando mantenerlo quieto a su lado.

—Tú y tu maldito complejo de oso van a arruinar todo mi trabajo —gruñó Jimin, sintiéndose preocupado de que todo el movimiento volviera a abrir la herida.

—Entonces quédate quieto —resopló Yoongi, abrazándolo con un poco más de fuerza, o tanto como la que pudo utilizar considerando lo débil que se encontraba en ese momento.

—Yo no debería de estar aquí en la cama —pronunció Jimin en un suspiro, finalmente quedándose quieto.

—¿Y dónde más se suponía que debías de dormir? —cuestionó Yoongi, relajándose contra su esposo.

—En la silla —dijo obvio—. Se supone que ahí debería de estar, lejos de ti, donde no podría lastimarte por un movimiento descuidado, no acostado contigo —explicó quejoso.

—Estabas durmiendo incómodo en esa silla, no iba a permitir que eso siguiera así —argumentó Yoongi—. Solo volvamos a dormir un poco más —expresó restregando su mejilla en el cabello negro de Jimin.

༺ Wild Breeze ༻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora