༺ Capítulo LXXV ༻

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Fuera de la cueva, el joven esclavo se encontraba al borde de una laguna, contemplando con preocupación como el pelinegro doncel, se encontraba sumergido en medio de esta, lavando su cuerpo como si no estuvieran en plena temporada de invierno.

Tal vez no estaba corriendo una fresca ventisca, pero los copos de nieve seguían cayendo activamente, derritiéndose sobre el desnudo cuerpo de Jimin o bien en el agua que le rodeaba.

Sinceramente, Hoseok no entendía cómo era posible que el doncel no estuviera temblando de frío por estar bañándose en esa agua cuando él mismo se encontraba con suaves temblores producto del frío clima, y eso que al menos él tenía su ropa y su capa.

Tan pronto como observó a Jimin caminar hacia el borde, Hoseok se levantó del suelo en donde había estado esperando y sacudió la capa.

Una vez que el doncel estuvo en la orilla, exponiendo todo su desnudo cuerpo húmedo con un desastre de colores dolorosos salpicados por todas partes, el joven esclavo se acercó con movimientos lentos para colocarle la capa y amarrársela en el frente.

—Dios, no sé cómo es que no estás temblando de frío cuando tu cuerpo está tan helado —comentó, ayudándole a caminar de vuelta a la cueva.

—El agua no estaba tan helada —respondió con un tono plano.

Inseguro, Hoseok le sentó frente a la fogata que había encendido en el interior de la cueva y observó a su alrededor con decepción. Además del arco y las flechas que había llevado con él, no había nada más que ayudara con sus necesidades básicas.

Dejándole un momento, fue por más leña y la echó en el fuego, avivando un poco más este a la espera de que el calor llenara más el interior, algo difícil siendo que se encontraban en una cueva. Dudoso, el joven esclavo tomo asiento en el suelo y observó a Jimin, quien se había mantenido en el lugar en el cual le había dejado, observando fijamente el suelo.

—Yo... Sé que probablemente no quieres hablar de esto, pero... ¿Cuánto tiempo más tienes pensado estar en este lugar? ¿Qué es lo que piensas hacer ahora?

Jimin soltó un profundo suspiro y por más que intentó pensar en una respuesta, negó sin nada.

—No sé qué es lo que quiero hacer ahora, Hobi. Probablemente tenga una idea cuando mi cuerpo esté mejor, pero por ahora... Solo quiero seguir quedándome aquí con ustedes, lejos de todos —pronunció.

En silencio, Hoseok contempló como aquellos jóvenes dragones se acurrucaban alrededor de Jimin, proporcionándole más comodidad y calor.

En los días que habían pasado en la cueva, Hoseok había apreciado a diferentes tipos de dragones entrando y saliendo de la cueva, cada uno de diferentes tamaños y colores. Inclusive aquellos que eran más grande y no caían, se daban una vuelta y dejaban algún animal para que pudieran alimentarse.

Era obvio que Jimin era querido por los dragones, y cualquiera que fuera la razón, Hoseok no podía estar más agradecido por todo lo que les habían ayudado hasta el momento por ello.

—¿No has pensado en la idea de volver al pueblo para que un sanador vea tus heridas? —preguntó.

—No quiero ver a nadie ni quiero que me vean —contestó firme, cerrando sus ojos.

—Pero... Tal vez no tengo tantos conocimientos como tú, pero estoy seguro de que tomar baños con agua helada no te hará bien —expresó preocupado.

—No puedo evitarlo —murmuró Jimin, acurrucándose contra el dragón rojo que producía más calor que los otros—. Me siento sucio —expresó bajo.

༺ Wild Breeze ༻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora