༺ Capítulo XLII ༻

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Aquellos oscuros ojos siguieron a su doncel hasta que lo perdió de vista tras salir de la habitación. Solo entonces, Yoongi observó a su alrededor y se percató de la presencia de Jungkook y Taehyung en la sala.

Como una pareja, el guerrero se mantenía al lado de su prometido, acompañándole hasta la mesa. Y por más que Yoongi veía a ambos, a diferencia del pasado, no sintió molestia o irritación alguna de verlos tan juntos. No hubo punzada de celos o cualquier otro sentimiento desagradable hacia su primo, ni siquiera hubo realmente algo al contemplar a Taehyung, quien parecía haberse arreglado para bajar con los demás.

No se sintió atraído por la forma en que arregló su larga cabellera castaña, ni la arreglada vestimenta pulcra que utilizaba. Su corazón no se aceleró al verle con esa imagen de belleza delicada ni tuvo el impulso de ir con él para ofrecer su ayuda como antes.

El verle regalarle una pequeña sonrisita casi apenada, no causó ningún estrago en su interior como en el pasado, que lo habría tomado como una señal para ir con él, no.

Ni siquiera le emocionó, no como cuando observó la desconfiada mirada de su esposo al entregarle su regalo, o produjo ese vibrante sentimiento cosquilleante en su abdomen como sintió al colocar aquella horquilla en esa larga cabellera oscura.

No diría que no sentía absolutamente nada al observar a Taehyung, ya que sí había, solo que nada relacionado con algo de amor o apreciación. Era más bien un pequeño sentimiento de decepción pinchante y un destello de resentimiento lo que surgía en él al verlo, su orgullo seguía algo herido porque resultó ser un simple reemplazo fortuito.

Sentía también algo de tristeza, pero a su vez, ya había aceptado que nunca sería realmente alguien especial para Taehyung, sin importar cuánto se esforzara por ello, razón por la cual, ya había terminado cualquier sentimiento por dicho doncel.

El estar al borde de la muerte le ayudó a ver las cosas que no había querido ver, y el pasar tiempo en cama al lado de su esposo, le hizo apreciar la increíble persona con la cual se había casado. Un hermoso doncel que desde antes le estuvo abriendo los ojos a la verdad por la fuerza.

Jimin podría creer que todos sus movimientos eran raros debido a su comportamiento del pasado, y desconfiar de él, pero aun así, Yoongi seguiría avanzando con su esposo sin rendirse hasta que pudiera hacerle ver que era sincero.

Tal vez no estaba completa o perdidamente enamorado de Jimin, pero con cada momento que pasaba a su lado, más cosas despertaban en él, más sentimientos surgían, nuevos deseos nacían, hasta el punto en que solo quería saber más y más de él. Cada vez que descubría algo nuevo en su esposo, más anhelaba pasar a su lado, descubriendo más.

Lo admiraba por ser la persona que era. Tenía el deseo por querer cuidarlo y protegerlo, aun si este no lo quería ni necesitaba. Sentía anhelo, por poder llegar más lejos con él en todo ámbito. La ternura le invadía, cada vez que Jimin reaccionaba ante algo que podía ser tan común para otros, menos para él. Y se sentía dichoso, cada vez que lograba colocar una sonrisa en ese rostro.

Esos eran unos de los sentimientos que despertaban en él cada vez que estaba junto a Jimin, y lentamente, otros se iban añadiendo, involucrando en el proceso ese cosquilleo en su abdomen y el sentimiento cálido en su pecho.

Aún no estaba completamente enamorado de Park Jimin, pero no dudaba, que iba cayendo directamente en esa dirección, y por primera vez como guerrero, no quería luchar contra ello.

—Yoongi.

El suave tono delicado con el cual fue pronunciado su nombre hizo que el guerrero instintivamente supiera quién le estaba llamando aun si no volteara a verlo.

༺ Wild Breeze ༻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora