«El hermoso príncipe, se ha convertido en sapo o quizás, jamás fue príncipe»
Hanna Scott, a terminado con su matrimonio. Dejando todo atrás, decide volver a su pueblo natal, donde su amiga Alison Evans, la espera ansiosa.
Este retorno, no sólo...
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Estaba cansada, no solo física si no también sicológicamente.
Estaba ahogada, porque aunque quise decir mil cosas, jamás me sentí escuchada.
Mi vida tomo un rumbo, donde el piloto automático se apodero de mis días, semanas, meses y así, pasaron los años, perdiendo mis sueños y cayendo en un oscuro pozo sin fondo.
Me refugie en recuerdos de niña, donde soñar con cosas imposibles no dolía. Me refugie en parte de mi adolescencia, donde conocí miles de caminos. Me refugie en hermosos recuerdos... de lo que pudo haber sido, si hubiese elegido otro sendero.
La venda en mis ojos, impedía ver cuan mal estaba, pero al retirarla los colores volvieron. Aire fresco llenaron mis pulmones y mis pensamientos. Las ganas de correr de la oscuridad desesperaron y mis pies se prepararon.
No fue fácil, porque cuando volvió la vista, me di cuenta que el pegajoso y pestilente fango, estaba más arriba de mi cuello.
Mire al espejo y mi reflejo, aviso el gran daño que me había hecho.
Reconecte con esa niña llena de sueños no cumplidos, abrace a esa chica que imploraba ser amada, esa chica que buscaba el amor que un padre no le dio, y salió a buscarlo en ojos diferentes, donde todos miraban a una adolescente, desesperada por migajas de amor. Insegura de si, insegura de sus gustos, de su cuerpo, de su cabello... Insegura de sus decisiones... insegura por el que dirán.
Ayude que robaran los mejores años de mi vida, ayude y prepare el camino craquelado... Elegí entre la locura agonizante y los destellos de las rendijas de una puerta... opte por la puerta, por mucho que costo abrirla.
Nunca es tarde para comenzar y levantarse. Nunca es tarde para reinventarse, nunca es tarde para quererse, aceptarse... amarse, y caer en cuenta, que nadie tiene que amarte menos, de lo que tú te amas.
Que la persona correcta, no es el que te quiere modificar, si no, es el que te ama con tus defectos, virtudes, con tu locura y sin ella. Porque eso es lo que te hace única y especial.
La persona correcta, se convierte en parte de tu mundo, esa, que no es aquella que necesitas, si no, la que acompaña tu camino.
Que no es aquella, que te quita el tiempo, si no, que lo valora.
La vida no termina con una decisión errónea, termina cuando decides no levantarte y luchar por tus sueños.
No permitas que nadie te diga que estas loca, nadie sabe por lo que haz pasado y las luchas que has ganado. Cada cicatriz en tu cuerpo, demuestra las guerras que haz batallado.
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A cada lector@ , con sueños y proyectos en pausa... Se vale equivocarse, pero no vale rendirse.
