-Capitulo 4-🚣

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Colgué el teléfono con fuerza y salí corriendo de casa.

—¡Hanna¡ ¿¡Volverás a comer!? —Nadia, me gritaba desde la puerta trasera de casa.

—¡No... No me esperes! —Agite mi brazo, sin girar a casa. Corría directo al lago por mi bote. Matt, me había llamado.

Hanna... ya estamos aquí y... —No continué escuchando, solo colgué y salí a su encuentro.

Así como lo acordamos, las cartas de Ali y Matt, llegaron cada mes, nunca fallaron. Por mi parte, mis cartas eran dobles:

Querida Ali: Te extraño...

Querido Matt: Te extraño...

Eran cartas donde parecía dejar mi diario vivir, pero a los dos, solía contar cosas diferentes, a Ali le escribía de algunos chicos, alguna nueva amiga de la escuela, alguna situación más bien... de chicas.

Por otra parte Matt... él, siempre preguntaba, que quería hacer la próxima vez que nos viéramos.

Era un niño organizado. Se levantaba muy temprano en las mañanas, con un itinerario preparado, la ropa que usaría al día siguiente, la dejaba lista y cerca de su cama. Era un niño de excelentes calificaciones y amaba a sus padres. Su figura paterna, era para él su superhéroe, una de las cosas que me encantaba. Me preguntaba «¿Cómo se sentía eso?»

En una de sus cartas, me relataba que su papá, había construido un columpio a Marie, en el patio de su casa, en la ciudad.

Le comente sorprendida: «¡Que lindo Matt!» y agregue también «Me encantaría tener uno propio.»

Cada carta de Matt, contenía un pequeño barco de papel en su interior. Yo, trataba de hacer dibujos del lago desde mi ventana y los adjuntaba a las cartas que le enviaba.

Por otra parte a Ali, le enviaba fotografías y postales del pueblo. Me contaba en sus cartas, que estaba decidida a convertirse, en la mejor decoradora de interiores del país, y que todo lo que le enviaba, lo guardaba en un diario de vida que decidió comenzar, apenas llego a la ciudad.

Fue así como también, que llego mi periodo... si, cada mes...

Fue lo más traumático que he vivido, desde la despedida de mamá. Fue en la escuela, y si no hubiese sido por Sussan, habría pasado la mayor vergüenza de mi vida.

Ali me decía que, a ella le había tocado vivir aquella experiencia, a las semanas que volvieron a la ciudad, y era algo con lo cual, tristemente se acostumbra a vivir.

Producto a eso, mi cuerpo comenzó a cambiar... un poco, pero solo era eso. Yo, seguía siendo la misma.

Remaba con rapidez hacia el muelle de los chicos. Cuando a lo lejos, veo a quien creo, ¿Matt? Esta mas alto y su cabello... más largo, aunque aun sigue delgado, se nota el cambio de estos casi diez meses.

Matt al divisarme, da un salto al lago y va a mi encuentro. Yo, feliz y ansiosa, dejo los remos en el bote y procedo a saltar de el, para nadar y encontrarnos en el camino.

—¡Estas diferente! —Solté feliz, después de un pequeño abrazo. Matt, se separa un poco y frunce el ceño, tratando de buscarme por el cambio del tiempo y luego sonríe al encontrarme. Su sonrisa, es mas linda que la última vez que lo vi.

—Soy la misma... —Aviso alegre, arrastrando el agua de mi rostro —¡Tu, estas diferente! —Sonrió. Le desordene su cabello mas largo y el me lanza agua divertido.

Distingo a lo lejos, otro chapuzón. Ali, a gritos y risas llega a nuestro lado.

—Con permiso idiota —Ali empuja a su mellizo —¡Hanna! —Me abraza con efusividad y siento sus pechos más hinchados que chocan con los míos, más pequeños —Ahora tengo más senos —Agrega a carcajadas. Matt, solo hace un gesto de náuseas. Ali lo observa con desprecio y agrega. —No haces eso con tus revistas sucias. —Lanza Ali a carcajadas y Matt enrojecido se hunde en el agua. Imagine de inmediato lo que pasaba.

𝑫𝒆𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆𝒎𝒆 𝑴𝒊 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora