«El hermoso príncipe, se ha convertido en sapo o quizás, jamás fue príncipe»
Hanna Scott, a terminado con su matrimonio. Dejando todo atrás, decide volver a su pueblo natal, donde su amiga Alison Evans, la espera ansiosa.
Este retorno, no sólo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Toc Toc
Dormía en mi habitación y un pequeño «ruido» me despierta. Me remuevo en la cama y tallo mis ojos. Esa noche pase la mitad de ella en cama de Matt y el resto que quedaba, en la mía.
Toc- Toc
Insistente un tenue toque en mi ventana. Me siento en la cama y mi sorpresa al ver por el cristal. Matt pegado en ella, me regalaba su hermosa sonrisa.
—¿Qué haces aquí? —Sorprendida module y acto seguido, abrí mi ventana —Vamos entra —lo invite a pasar y él, de un salto cayo en mi cama. Logre divisar la bicicleta de Ali, supuse que había llegado en ella. Entre risas cómplices musite —¿Estas loco?
—Si, por ti —Respondió aun en mi cama y procedió a besarme.
—Ok. Esta bien, ¿Qué haces aquí? —Acorte sus besos e insistí en preguntar —Se que no haz dormido mucho, y tu padre tiene que estar esperándote para continuar con la construcción.
Se separo un poco de mi y sus ojos brillaban. Una sutil sonrisa los acompañaba y acariciaba mi mejilla. Me admiraba, como si no me hubiese visto en días.
—Salí de casa con la excusa que haría deporte —Chisto y se encogió de hombros con diversión. suspiro —Solo quería verte y... decirte que tienes razón, es mejor que lo nuestro quede en silencio... por el momento.
Lo observe atenta y escuche cada palabra mientras procesaba lo que decía Recordé la discusión que había sostenido con su padre durante la madrugada. Me preguntaba si ¿Él sabría , lo que pasaba entre nosotros?
Mientras en mi cabeza hurgaba algunas respuestas a las interrogantes que me hacia, podía ver los brillantes ojos de Matt, que me observaban con amor y ternura.
—No pienses tanto... —Balbuceo divertido y su mano dio en un mechón de mi cabello algo desordenado, para dejarlo detrás de mi oído. —¿Sabes una cosa?
—¿Mm? —Respondí con la misma mirada que el me regalaba.
—No he dejado de pensar en ti... en mi cama y tú sobre ella. —Disparo sin tapujos y sentí mis mejillas arder.
—Ahora estas en la mía —Avise coqueta, sin despegar mi vista de sus castaños ojos. Se acerco para tomar de mi mejilla y comenzar una danza de besos lentos y suaves, terminando su cuerpo encima del mío.
Toc-Toc
Se sintió en la puerta, nos detuvimos en seco y hasta nuestras respiraciones se cesaron. Vi el rostro de Matt tornarse pálido y el mío juraría que estaba igual.
—Hanna... Ali esta al teléfono —Nadia avisaba detrás de la puerta sin seguro y pedía a Dios, que por favor no abriera la maldita puerta.
—Vo... voy... mmm ¡Dame un momento! «Voy, voy» —Solté las ultimas palabras con entonación. Ya por la preocupación que viera a Matt, envuelto en mis sabanas.
