«El hermoso príncipe, se ha convertido en sapo o quizás, jamás fue príncipe»
Hanna Scott, a terminado con su matrimonio. Dejando todo atrás, decide volver a su pueblo natal, donde su amiga Alison Evans, la espera ansiosa.
Este retorno, no sólo...
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Todo parecía ser un sueño, perdí la noción del tiempo, pero mis sentidos se agudizaron. Sentí un calor, que se instalo en mi corazón y se extendía lento por la boca de mi estómago, llego a mi vientre donde se tenso y luego, continuo bajando hasta mi intimidad.
—Hanna... —Mi nombre, entre exhalaciones arduas, dejaba salir de sus labios. Su voz ronca y húmedas manos, no podían detenerme a lo que experimentaba. Aunque sabía, que no podíamos continuar... ¿O si?
Acorto el beso y al abrir mis ojos, me encontré con los suyos y su pecho descubierto. Mis fuertes piernas, atrapaban su cuerpo. Mi vestido estampado con pequeñas rosas, se encontraba amuñado en mi espalda, por el énfasis de las manos de Matt. Su camisa de un blanco inmaculado, la cual había llegado a mí, sin ninguna arruga, estaba desaliñada, a si como su cabello y el mío. Nuestros labios... hinchados de tantos besos y nuestros rostros sonrojados de tantas caricias.
Matt, me observo por un par de segundos y sonreímos. —¿Te parece si nadamos? —Pregunto observando el principio de mis senos. Cerró con fuerza sus ojos y sonrió... —¡Ay Hanna! —Suspiro y se levanto de mi lado, ayudando a levantarme también. Lo observe con picardía, ese «¡Ay Hanna!» tenia más significado que sus palabras...
—Si, un clavado sería excelente —Avise, tomando el borde de la tela de mi vestido, quitándolo lento por mi cabeza y dejándolo caer sobre el muelle. No lo deje de observar en ningún momento. Me tenía en sus manos, tenía mi confianza absoluta y lo más importante, sentía que estaba total y completamente enamorada, de Matthew Evans.
Él, solo negó con la cabeza , sonrió, y luego me di un clavado.
—¡Ya veras! —Amenazo burlesco, ante mi coqueto desvestir. Quito su camisa por su cabeza y se lanzo de bomba al lago. Donde se sumergió por unos momentos y desapareciendo de mi vista. Yo, como una tonta aguarde que apareciera, pero solo tiro de mis pies para sumergirme con él.
—Estas loco ¿lo sabias? —Avise riendo, volviendo a la superficie donde él, también reía, nos miramos y quedamos en esa mirada donde se acerco un poco mas y aun danzábamos en el agua. Su rostro cambio, como si algo le hubiese molestado, fue en cuestión de segundos.
—Te quiero Hanna... —Matt, con su rostro húmedo y su cabello mojado, dejaba salir esas palabras por segunda vez. Me acerque a él y me apoye de sus hombros.
—Y yo a ti Matt... —Avise dejando salir mi primer te quiero, mis primeras confesiones de amor hacia él, no sentí miedo y tampoco vergüenza, me tenia y sé, que lo sabia. —¿Estas molesto? —Pregunte cuando me observaba fijo, tratando de descifrar mi rostro, pero sabia que pensaba mas allá. Así era Matt, sabia que nada se le iba, todo lo organizaba. Pensaba... «¿estará organizando nuestro tiempo, nuestras próximas salidas...?».
—Hanna... —Dejo salir de repente y sabia por el tono de su voz y su mirada, que era algo de lo cual, no le gustaría hablar, pero lo iba hacer de igual manera. —Tú sabes que tengo que irme. —soltó incomodo.
