Apure mi paso y llegue a la puerta trasera de la casa de Matt. Estaba con el corazón a mil por hora y no sabia que decir, todo el dialogo que había practicado mientras remaba, lo había olvidado por arte de magia. Y decidí dejarme llevar, y que saliera de mi lo que tuviese que salir.
No había luz encendida, ni en la puerta ni al interior de su casa. Imagine al Sr. Evans descansando y me invadió la inseguridad y la vergüenza.
Escuche los pasos de Matt acercarse en la oscuridad y de pronto, el rechinar de la puerta. Al divisar su figura mi respiración se acelero.
—Hola Hanna —Saludo frío y con mirada triste. Yo, solo quería lanzarme en sus brazos y decirle lo mucho que lo extrañaba.
—Ho... Hola Matt —respondí de igual forma y luego, un silencio incomodo se quedo por unos segundos, acompañado de unos grillos. El farol eléctrico que estaba colgado a un costado de la puerta chicharreaba de vez en cuando dando aviso que los mosquitos estaban siendo asesinados.
—Eso es algo cruel —Reclame aclarando mi garganta indicando el farol. Él solo sonrió y logre ver como su rostro se iluminaba al disfrutar de mi chiste un poco fuera de lugar.
—Necesito hablar Matt... —Solté al instante, antes que perdiera su luz.
—Yo igual —Respondió de inmediato antes que terminara de decir cualquier cosa —Por favor... pasa —Abrió la puerta de par en par.
Entre y camine entre la oscuridad, No había ruido alguno, y solo podía escuchar como el reloj marcaba cada segundo en el.
—Ven —Ordeno adelantándose por la escalera, indicándome paso a su habitación. Yo, sin hacer ningún reclamo seguí sus pasos. Al llegar cerró la puerta a sus espaldas, su habitación estaba a medio iluminar.
Él con sus manos en los bolsillos y sin camiseta, se paseaba por la habitación y recogía alguna que otra cosa, que estaba tirada en el suelo, se notaban sus nervios. Cabe decir que su habitación estaba tan pulcra, tan igual a él.
Mi cuerpo estaba tenso, no sabia que decir y pensaba, que tenia que soltar todo y lo mas bajito que pudiese, pues su padre nos podría escuchar y era algo incomodo estar a solas con su hijo y en su habitación.
Mientras lo observaba, se apodero de mí la melancolía, quería que me abrazara y me contuviera. Decirle que se sentía una mierda estar ahí, sin poder tenerlo.
—¿Por qué no me buscaste? —Pregunte con la voz un poco cortada —Te he esperado cada día... —Él, sorprendido dejo de hacer lo que hacia y quedo paralizado observándome directo a los ojos con algo de miedo —Te extraño mucho Matt. —Pronuncie bajando mi mirada al piso, aceptando que me volviera a decir «Adiós» Imaginando que tendría que salir de la habitación con mis lagrimas atoradas en la garganta y sin hacer nada de ruido y así el Sr. Evans no escuchara mi vergüenza.
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𝑫𝒆𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆𝒎𝒆 𝑴𝒊 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐
Любовные романы«El hermoso príncipe, se ha convertido en sapo o quizás, jamás fue príncipe» Hanna Scott, a terminado con su matrimonio. Dejando todo atrás, decide volver a su pueblo natal, donde su amiga Alison Evans, la espera ansiosa. Este retorno, no sólo...