-Capítulo 34-🦋

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—¡Recuerden, esto es una carrera! —avisaba Matt, cuando Ali, él y yo, nos encontrábamos en el agua

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—¡Recuerden, esto es una carrera! —avisaba Matt, cuando Ali, él y yo, nos encontrábamos en el agua.

De pronto, había regresado a los quince.

El cielo, pintaba colores purpuras en degradé. El sol, entregaba rastrojos de sus últimos rayos, el agua del lago, expedía aroma al atardecer y la voz de Matt, hacía eco por los árboles cercanos.

Eric, Ed y Marie, desde el muelle esperaban cómodos para darnos el vamos de la carrera. Paul por otro parte, se paseaba con un delantal y unas pinzas, mientras los niños, estaban sentados junto a Marie y Kira a su lado.

El exmaestro, insistió por una parrillada de bienvenida para Marie, Ed y yo. El patio de la casa se iluminaba ante faroles amarillos y la música de Paul, resonaba desde lejos.

—¡Vamos Cielo! ¡Tú puedes! —gritaba Paul, a la madre de sus hijos, levantando la pinza metálica para la parrillada.

Kira, ladraba ante el alboroto que teníamos en el agua.

—Vamos chicas, dejen de chapotear. —reclamo Matt, seguía siendo el más racional de los tres —Hasta la piedra ¿Entendido? —preguntó el castaño mandón y finalmente su rostro se lleno con agua que Ali, le lanzó.

—Lo siento, idiota —se disculpo Ali, mientras Matt, escupía el agua y le daba miradas maliciosas.

—¿Entendido? —repitió Matt.

—Si, ya sabemos —respondió Ali y yo, solo miraba a Matt, quien se veía mejor en el agua. ¡Despierta Hanna!

Sus miradas coquetas y mi nerviosismo me tenían alerta. Evitaba mirarlo, porque me conocía lo bastante, para saber que me notarían cualquier emoción.

—Una... —y Matt, comenzó el conteo.

—¡Vamos mamá, tú puedes! —Gritaba Ed.

—¡Papá, tú eres el mejor! —Marie, por otra parte.

—¡Apresúrense! Ya puedo oler esa parrillada —gritaba Erick.

Toda la familia reunida, era un desorden puro, pero agradable. Me preguntaba que pensaran el Señor Evans y Marie, ¿Se acostumbraran a esto? Y recordé cuanto aman a sus hijos.

—¿El que pierde prepara las palomitas? —pregunté coqueta a Matt, recordando nuestras carreras de niños.

—Dos ... —Matt, me sonrió y luego se concentró hacia la roca. —¡Tres!

Gritos alocados y cómicos, se escuchaban desde el muelle, sin dejar los fuertes ladridos de Kyra. Y yo, solo pensaba que había estado fuera de esto por mucho tiempo, aunque el GYM ayudaba a no sufrir algún...

—¡Mierda, calambre! —aviso Ali, y Matt... ya estaba lejos de nosotras.

Habíamos alcanzado a avanzar varios metros y los árboles, impedían ver la casa y la familia, solo podía escuchar desde lejos el alboroto.

𝑫𝒆𝒗𝒖𝒆𝒍𝒗𝒆𝒎𝒆 𝑴𝒊 𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora