59 - Rodrigo de Paul.

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Nota de autor: Este capítulo no busca ofender ni perjudicar a nadie. Recuerden que es solo ficción así que evitaré dar nombres para no generar polémica. Sin mas que aclarar, disfruten.

Porque aún te amo

Nunca creíste que estarías en una situación como ésta.

Recibías insultos y advertencias de los amigos y familiares de la ex y actual novia de Rodrigo, quien era tu ex marido. Pero también de gente que se ponía en bandos y te atacaban sin siquiera conocerte. Típicas personas sin vida propia o con un odio tan inmenso por la vida misma que se desquitaban con vos en vez de mirar su propia vida y preocuparse por eso.

Si, eras la del medio. No fuiste la primera y tampoco eras la última.

Lo extraño de tu relación era que te llevabas sumamente bien con Rodrigo, con el cual no solo estuvieron 5 maravillosos años, sino que del producto de su amor, nació Noah, su pequeño de 4 años, el cual fue motivo de que se fueran a vivir juntos, para poder darle una familia y un hogar al nuevo integrante.

Por cosas de la vida, su relación se desgastó, pero no el amor ¿raro, no?
Así, decidieron separarse y seguir cada uno por su lado.

Y te encantaba verlo feliz con su nueva pareja, pero lo extrañabas de cierto modo. Y mucho.

Era una tarde de domingo, y vos te encontrabas tomando mates con Rodrigo, ambos sentados sobre una manta, en el patio de tu casa mientras, el recién nombrado, armaba un rompecabezas con Noah.

— ¡te gane! —Noah festejó al colocar la última pieza de unas 8 partes del pequeño rompecabezas.

Rodrigo sonrió y le acarició el pelo.

— ueeeesa campeón, mira como le ganaste a papá, alto bocho tenes —se inclinó mordiéndole suavemente la mejilla.

Sonreíste al verlos así de juntos. Tu corazón se estrujó por el cruce de un pensamiento, que creíste haber desechado "si estuviésemos juntos, seríamos una gran familia".

Negaste mientras le dabas el último sorbo a tu mate.

Rodrigo te miró y frunció el ceño.

— alguien está distraída hoy ¿que te pasa? —con su dedo índice hincó tu cintura.

Noah se levantó como pudo.

— ¡juguemos a otro! —Avisó el pequeño mientras iba a unos pocos metros de ustedes, donde tenía todos los juegos que pudo sacar el niño.

Negaste.

— nada, no se qué onda, últimamente ando media colgada —levantaste los hombros restándole importancia.

Rodrigo se sentó bien y colocó su mano sobre tu rodilla.

— Sabes que podes decirme lo que sea ¿no? —te miró serio y asentiste tragando saliva.

El atardecer le sentaba tan bien que tenías ganas de besarlo. ¿Pero que? Te alarmaste por aquel pensamiento.

— igual tranqui no me pasa nada, ya me conoces, si me pasara algo te lo diría —sonreíste intentando acallar la voz de tu interior.

Rodrigo sonrió y negó.

— justamente porque te conozco sé que no vas a decirme que está pasando. ¿Que es? ¿Un nuevo chabon? ¿Estás conociendo a alguien? ¿Peleaste con tu mamá de nuevo? ¿Noah tuvo problemas? —interrogó bombardeándote.

Te sentiste acorralada, con pavor de que, de tu lengua se escapara su nombre. Pero una pequeña persona saltó a tus brazos, actuando como salvavidas en la situación.

One Shots - ScalonetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora