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Lena

Abro los ojos encontrándome con una habitación totalmente blanca. Al tratar de incorporarme me siento bastante mareada y mi cuerpo tiembla de los escalofríos. Cuando siento unos dedos acariciar mi mejilla desvío mi mirada a la suya y enseguida sonrío.

—¿Estás bien?¿Cómo te sientes?

—Si. Solo estoy un poco mareada. —él endurece sus facciones apartando sus dedos de mi rostro.

—Se te pasará pronto. —responde juntando nuestros cuerpos con delicadeza.

Después comienza a dar lentas caricias por mi espalda con sus labios apoyados en mi cabeza. Al separarnos me da una larga mirada inquietante con los labios entreabiertos.

—Siento mucho no haber estado ahí para protegerte. Yo...

—No te disculpes por eso, no fue culpa tuya. Además no fue nada. —le interrumpo acariciando su rostro con ambas manos.

—Pero podría haber sido peor. Si te hubiera pasado algo yo no me lo hubiera perdonado nunca. —musita en un tono afligido juntando nuestras frentes.

Antes de que pudiera decir algo más atrapo sus labios atrayéndolo más hacia mí.

—No tengo ninguna intención de separarme de ti, ni un solo minuto. —susurra después en mis labios.

Si hubiera sido en otro momento hubiera sido la más feliz del mundo, pero el problema es que mis padres no tienen ni idea de lo nuestro, y tampoco puedo poner de excusa a Grace todo el rato.

—No creo que eso lo tengamos tan fácil ahora. —musito con una mueca.

—Si es por tus padres yo mismo hablaré con ellos. —hace una pequeña pausa que no me da tiempo a romper cuando él mismo lo hace. —Quiero que vivamos juntos. —la determinación con la que lo dice realmente me inquieta y de eso él se da cuenta. —Al menos hasta que vuelva a ponerte a salvo. Estarías más protegida aquí, conmigo.

—Todavía sigo sin entender que está pasando. —respondo queriendo evadir el tema y él me da una larga mirada, como si estuviera debatiendo en si decírmelo o no

—¿Sabes quién es Luis? —asiento con la cabeza con los labios fruncidos. —Él solo está furioso conmigo porque no puede tenerte, así que trato de atentar contra tu vida.

Pestañeo varias veces analizando sus palabras.

—¿Cómo? Pero eso no puede ser, él...Oh mierda.

Mi cabeza empieza a doler por la cantidad de pensamientos que se me pasan por la cabeza a gran velocidad, ni siquiera sé cuándo sucedió todo esto, no recuerdo haber tenido ningún tipo de contacto con aquel hombre. Y si acepté su regalo fue porque pensé que eran de Alek. No entiendo una mierda.

—Cálmate Lena. No permitiré que te vuelvan a hacer daño. —me obliga a sostenerle la mirada sujetando mi rostro con delicadeza. —Primero tendrán que pasar sobre mi cadáver.

Escuchar aquello no hace más que incrementar mi preocupación, lo último que quiero es ponerlo en peligro por mi culpa. Niego con la cabeza.

—No digas eso ni en broma.

—Sabes que lo daría absolutamente todo por ti, eso también incluye mi vida.

Sus palabras hacen que ese cosquilleo de siempre vuelva a mi estómago con más intensidad que nunca. Entreabro los labios con la respiración aún acelerada, él aprovecha para unir nuestros labios con mucha delicadeza.

Despiadado Y Cruel [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora