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Alekei

—Espera. Hay algo que quiero aclarar contigo. —irrumpió el médico de antes interponiéndose en mi camino con unos papeles en las manos.

Sin embargo, solo pude poner atención en la espalda de alguien que reconocería a kilómetros doblando por un pasillo.

Frente a él venía Denis con un par de bebidas en la mano. Él no lo habia visto, así que con un movimiento de cabeza le indiqué a Denis que lo siguiera por el mismo pasillo por el que se había ido.

—Ahora no.

Sin esperar una respuesta de su parte caminé hasta la sala moviendo mi piercing de un lado a otro.

De nuevo había quedado vivo. El muy hijo de puta tenía más vidas que un gato, tal vez sea algo que le venga de familia. Mis labios se estiraron en una sonrisa apática al verlo en mitad de la habitación rodeado de mis hombres apuntándolo con un arma.

—Bajad las armas. —hablé sin apartar su mirada de él.

Luego me puse delante de ella cubriendo su cuerpo de alguna forma.

—Solo quiero hablar con ella. —replicó él entre dientes con una mirada hostil.

—No creo que ella quiera hablar contigo, Viktor. —respondí empujando el nombre de mis labios.

—Mi nombre es Theo, y yo creo que ella tiene boca para decidir lo que quiere y lo que no.

Di un par de pasos, él no hizo nada cuando lo cogí del cuello de la camiseta.

Uydi otsyuda¹. —siseé entre dientes afianzando cada vez más mi agarre hasta casi levantarlo del suelo.

—Está bien. —habló Lena detrás mía haciendo que arrugara el ceño.

No me gustaba cuando su curiosidad se anteponía sobre el bienestar y felicidad que yo siempre intentaba proteger con uñas y dientes.

—Suéltalo. —añadió luego en un murmuro.

—Habla. —dije después de soltarlo clavando mis ojos en esos que en su momento también fueron del mismo color que los míos.

—Así no, en privado. —solté una carcajada seca antes de hablar.

—O hablas ahora o te largas.

Al querer acercarse más a ella volví a ponerme en medio con una mirada que indicaba; acércate más y te arranco el otro ojo que te queda.

—Como sea. —escupió las palabras antes de tragar saliva. —Solo quiero pedirte perdón. No...no pensé lo que hacía, me dejé llevar y...

—Trágate tu perdón y ahogate con él.

—Estoy hablando con ella, no contigo.

—Jodida mierda entonces porque si hablas con ella, hablas conmigo. Si no te gusta ya sabes dónde está la puerta.

Un destello divertido se posó en mis ojos al ver su mirada molesta, y una sonrisa satisfactoria adornó mis labios al verlo marchar sabiendo que no tenía posibilidades de obtener su perdón ni en esa vida ni en el más allá.

Despiadado Y Cruel [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora