Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )

● 03: Bajo la Lluvia ●

tw: violencia

Leandro se encontraba en la puerta del edificio, había hecho una revisión exhaustiva de su ropa. Zapatos oscuros relucientes y un pantalón negro, arriba una camisa blanca que hacia resaltar el bronceado de su piel. Mientras esta parado enfrente del edificio su estómago se revolvía producto de los nervios.

Tocó el timbre del 1-B y la puerta automática se abrió emitiendo un ruido electrónico. El vestíbulo era atravesado por un gran espejo en el que no pudo evitar ver bien su apariencia de nuevo. Optó por ir por las escaleras ya que los ascensores lo mareaban. Una vez frente a la puerta levantó la mano para tocar, respiro unos segundos dudando y finalmente lo hizo.

"Toc toc toc".

Luego de unos segundos la puerta se abrió un poco y una voz le dijo suavemente "pasá". Al cruzar el umbral oscuro, la puerta se cerró bruscamente y un brazo lo tironeo fuertemente hacia la pared. Quien lo jaló se acercó dando un fuerte e intenso beso, que se detuvo una vez que debieron separarse para respirar.

—Hola no? —dijo Leandro.

—Hola lindo.

Joaquín Correa, un estudiante alto y atlético, destacaba como uno de los bullies más notorios de la escuela, conocido por ser un completo homofóbico y clasista. Los amigos de Leandro lo odiaban, posiblemente era porque se habían convertido en el blanco de las bromas pesadas de Joaquín desde el "Incidente" de Lisandro en tercero. Esto era la razón por la que no podía revelarles él era con quien se iba a ver esa tarde.

Es algo que simplemente pasó, una tarde que salían de educación física, Lean se había quedado en el baño porque tenia ganas de orinar. Cuando se lavaba las manos el más alto entró al baño.

—Ah mirá, uno de los tres putitos.

El corazón se le había acelerado, no tenía a sus amigos para que lo defiendan. Siempre había sido el más débil y al que mas le dolían las palabras, aunque aparentaba lo contrario. Con una mirada de preocupación en su cara, Leandro sabía que tenía que salir de ahí lo más rápido posible o podía ligar un ojo morado gratis. -No me rompas las bolas. -le dijo mientras se iba directamente a la salida.

Joaquín lo empujo acorralándolo contra la pared mientras tomaba sus antebrazos con ambas manos, el fuerte empujón hizo que el de ojos claros se golpee la nuca muy fuerte, provocando un muy visible gesto de dolor en su cara.

—Ay que pasa, ¿va a llorar la nena?

—Dale dejame ir.

—Y si no quiero —Joaquín se acercaba cada vez más a él -¿te gusta que te traten así no?

Leandro no iba a flaquear apartando la miraba (quizás si debería haberlo hecho), se armó de valor y mantuvo la frente en alto. Se quedaron viendo fijamente a los ojos durante unos segundos. La mirada de su agresor fue de sus ojos hasta sus boca mientras se acercaba más y más. Para finalmente juntar sus labios en un pequeño beso, las cosas se habían desvirtuado muy rápido.

Semana tras semana en ese baño oscuro y húmedo ambos se juntaban para besarse, a veces ni siquiera hablaban solo hacían lo suyo. Ese lunes de la manifestación en un recreo, Joaquín le dió un papel a Leandro que decía "A la tarde en mi casa, a hacer algo mas que besarnos" y abajo su dirección anotada con lápiz. Odió eso, que este todo con lápiz, lo relacionaba a algo poco serio al contrario de que si estuviese escrito con lapicera.

Esa tarde, las luces estaban apagadas y el ambiente estaba cargado de una oscuridad que creaba una sensación de intimidad y emoción. Sus labios se volvieron a encontrar en un beso apasionado, mientras aún seguían apoyados en la pared.