● 25: La Vida Según Murphy (II) ●

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El tiempo pasaba lentamente mientras Enzo aguardaba ansioso bajo la sombra del árbol. A pesar de que habían transcurrido 16 minutos, Julián no aparecía. Sin embargo, no le importaba si tenía que esperar una hora o más, solo quería estar con él.

Finalmente, Julián llegó. El motivo0 de la demora es que se tomó el tiempo de traer unos sanguchitos de pernil, y dos latas de cerveza del salón principal sin que nadie lo viese.

Juntos caminaron por un pasillo serpenteante que atravesaba el patio trasero. La luz de la luna, única fuente de iluminación, los guiaba hacia un hermoso rosedal. Sentados frente a un pequeño cantero, la penumbra y la suave luz lunar creaban un ambiente íntimo y sereno que les permitía hablar con tranquilidad. Frente a ellos, una laguna pequeñita reflejaba la luz plateada de la luna.

—Es re bonito este lugar —comentó Enzo mientras observaba el entorno.

—Sí, la luna se ve re grande encima —añadió Julián.

Abrieron las latas de cerveza y se pusieron a tomar.

—Enzo, te quería pedir perdón.

—¿Por qué? —preguntó el moreno intrigado.

—Por lo de mi viejo.

—Ah, no pasa nada, al menos no perdí el laburo.

—Sí, pero... yo no te defendí, y me hubiese gustado hacerlo. Le estaba por decir algo, pero me paralicé.

—No pasa nada.

—No, si pasa. Y es que así nunca lo voy a poder enfrentar —Julián parecía frustrado.

—Juli, posta no pasa nada. Capaz en el futuro se lleven mejor, y entonces le habrías gritado al pedo.

—Eso es demasiado optimista para mi gusto. La próxima prometo enfrentarlo.

Frente a ellos, en las cortaderas que rodeaban la pequeña laguna artificial, unas luciérnagas danzaban bajo la luna.

—Menos mal que te tocó trabajar acá, si no me iba a embolar toda la noche —Julián tenía la vista fija en los insectos.

—La música esta buena, podrías haber bailado un poco.

—Como si tuviese con quien.

—Si no tenés con quien te pones a bailar solo

Desde el patio donde estaban se podía escuchar la música proveniente del salón del baile.

—Mirá —dijo Enzo mientras miraba en dirección al salón —escucha ese temón.

—"Beso a beso, me enamoré de ti... " —cantó Julián.

—No sabía que te iba el cuarteto.

—Flaco, yo nací en la tierra del cuarteto.

—Nunca me contaste eso.

—Soy de Calchín que esta en Córdoba, pero no viví mucho ahí.

—Y como buen cordobés me imagino que sabes bailar.

—Pff, no ni ahí, soy de madera. Además nunca tuve que quien me enseñe.

—Pero bailar no se enseña bobo, solo te parás y dejás que el cuerpo te guíe.

—Vos debes ser buenísimo —había un tono irónico en Julián.

—Obviamente.

Si Enzo hacía lo que estaba pensando podía quedar en ridículo, u obtener el mejor momento de su noche, optó por arriesgarse. Se puso de pie y comenzó a mover los pies al ritmo de la música. Julián lo miraba conteniendo la risa. En eso, el moreno extendió su mano hacia el otro y le hizo una seña en forma de invitación.

Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora