La idea de poder pasar el año nuevo juntos los emocionaba bastante, nada como poder emborracharte en una de las mejores noches del año junto a tus amigos. Pero ahora los planes habían cambiado un poco, tenían una joda a la que debían debatir primero si ir o no.
—Yo digo que si, nunca salimos de noche —sugirió Lisandro.
—Puede ser, ¿y va Cristian? —preguntó Leandro.
—Dijo que no iba a ir.
—Pero le podés decir que venga con nosotros.
La sugerencia no le pareció a Lisandro algo malo; no necesariamente iba a invitarlo, pero bien podía sugerirle de encontrarse en la fiesta. Cuando volvió a ver a Cristian en el trabajo, fue lo primero que le comentó.
—Che, no sabes que Ota nos invitó a su joda.
—Ah, ¿sí? —respondió fingiendo desinterés pero en el fondo muriéndose por decirle de ir juntos—. ¿Y van a ir ustedes?
—Calculo que sí. ¿Querés ir con nosotros?
Bingo.
—Eh, puede ser, pinta.
—A nosotros nos lleva y nos trae el hermano de Enzo, fijate como vas y nos vemos allá —Lisandro se detuvo unos segundos, pero si ya lo había invitado podía ir por el combo completo —Y si no haces nada el primero, te podes volver con nosotros a mi casa a dormir. Si querés obvio.
Cristian no esperaba recibir una oferta de ese tamaño. Esa mañana se levantó pensando que iba a ser un día normal como cualquier otro, pero esa propuesta bastó para llenarlo de felicidad durante el resto de la semana. Después de un par de años, tendría la oportunidad de volver a esa casa en la que había pasado tanto tiempo. Después de todo lo de ir paso a paso resultó ser cierto.
—Te aviso mañana, tendría que pedir permiso primero, pero seguro sí —contestó Cristian, emocionado con la idea.
—Buenísimo. Bueno, voy a... ya sabes —respondió Lisandro antes de dejar el depósito.
...
El 31 de diciembre, un día esperado por muchos. El fin del martirio y el comienzo de una nueva vida, al menos así lo veían muchos. Para otros, simplemente era un día más, pero era innegable que en esa fecha se respiraba un aire diferente.
En la habitación de Enzo, con un plato lleno de sanguchitos de miga que habían "tomado prestados" de la cocina, los chicos se preparaban para la larga noche que les esperaba. La ventaja de tener a Leandro como amigo era la cantidad excesiva de ropa que tenía. A pesar de ser el más alto de los tres, siempre tenía alguna prenda que podía prestarles a sus amigos.
—Una poronga tu camisa —bromeó Enzo al lanzarle la ropa a la cara.
—¿Qué decís gordito? Si está re buena, y vos Licha probate esa dale.
—No, voy a ir con la remera que traje.
—Pero esta camisa te va a quedar mas bonita —sugirió el de ojos claros.
—Si, a Cristian le van a dar ganas de comerte el orto con la pilcha esta —agregó Enzo.
—Ves que sos un ordinario —dijo el castaño antes de tirarle con lo primero que encontró.
La cena fue una maravilla, cuarteto toda la noche y una cantidad excesiva de comida. La mamá de Lisandro llevó su especialidad, Vitel Toné. En la mesa no podían faltar las discusiones clásicas: política, religión y fútbol, sobre todo entre Enzo y Leandro: uno hincha de River, el otro de Boca, el caos era inevitable.
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Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )
FanfictionTres amigos que terminan el secundario: Lisandro, Enzo y Leandro, deben enfrentar los dilemas que se presentan en ese momento crucial en el que el mundo adulto se va acercando y hay que tomar decisiones. Transitando su último verano como adolescente...