La madre de Lisandro era enfermera, siempre solía tomar los turnos nocturnos, ahora que su hijo ya era más grande no había problema con dejarlo solo y además a Lis no le importaba. Solo eran ellos dos, aunque no siempre fue así.
Ese lunes cuando Lisandro llegó ella estaba durmiendo, siempre volvía cuando el otro iba al colegio. Fue a ver que tenia en la heladera, tanto él como su madre eran muy malos cocinando pero por suerte tenía un repertorio de recetas fáciles que Enzo le había enseñado. Su amigo solía ir seguido a almorzar a su casa, mejor dicho a cocinarle a su casa, para Lisandro lo hacía como los dioses.
Encendió el tele con el volumen muy bajo y comenzó a preparar arroz con pollo. Los sonidos de los cuchillos cortando verduras y el sartén chisporroteando llenaron la cocina mientras él se sumergía en la tarea. El aroma de la comida casera se extendía por toda la casa, un reconfortante recordatorio del amor que tenía por su madre. A medida que removía los ingredientes en la sartén, se sentía un poco más tranquilo, como si la rutina de cocinar fuera un bálsamo para su mente.
Aunque lo que ocurrió con la directora en la escuela lo tenía pensativo, al menos en la cocina podía encontrar un refugio temporal de sus preocupaciones. Una vez agregó el agua se puso a reflexionar sobre lo que iba a hacer este verano.
—Mmm que rico huele —dijo Mónica.
—Ma ¿Qué haces despierta?
Al parecer su madre no estaba dormida, se encontraba apoyada en el marco de la puerta. Se adentro en la cocina a destapar la olla y sentir los aromas de la comida de su hijo. Luego se acerco y le dio un beso en la frente a su hijo.
—No podía dormir, vos tranquilo.
Lisandro notó una mirada de preocupación en Mónica como si quisiera decirle algo.
—Me llamó Elena hace un rato.
El joven se paralizó, sabía que con la muerte de la directora el asunto del baño pasaría desapercibido, pero no contaba con que su madre era una buena conocida de Elena, la secretaría del colegio. Pues solía ir a ponerle inyectables a la madre de la secretaría, cada vez que los necesitaba y de paso sacar unos pesos extras así.
—Ah ¿Y que te dijo? —le preguntó el joven finguiendo desinterés.
—Me contó lo que paso a Victoria —Lisandro sintió un poco de calma pensó que quizás, solo quizás, no le contó todo lo demás. —Y me dijo que vos estabas con ella cuando le pasó.
—Ah si, estábamos con los chicos cuando... bueno vos sabés.
—¿Y vos como estás? ¿Como te sentís? Tus amigos, ¿bien? Tendría que ir a hablar con la mamá de Enzo, no creo que él le cuente —las madres tienen esa habilidad de preguntar cosas sin parar.
—No ma, estamos bien, esta todo joya.
—¿Seguro?
—Sí, seguro —mentía.
Definitivamente el asunto del petardo en el baño, pasó desapercibido, pero aún así no puedo evitar sentirse mal. "¿Debería contar porque estaba en la dirección?" Siempre cuestionándose las cosas, odiaba eso de si mismo, envidiaba a las personas que hacen cosas por hacer y simplemente siguen adelante sin pensar mucho.
La comida ya estaba lista, su madre sirvió dos platos mientras él preparaba un jugo de sobrecito en una botella de gaseosa vacía que tenia sobre la heladera. Estaba disfrutando el almuerzo, no solían almorzar juntos muy seguido salvo algunos fines de semana. La conversación estaba muy entretenida, él le contaba cosas de su colegio y ella chismes de su trabajo, era una retroalimentación constante, un mutualismo de chismes.
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Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )
FanfictionTres amigos que terminan el secundario: Lisandro, Enzo y Leandro, deben enfrentar los dilemas que se presentan en ese momento crucial en el que el mundo adulto se va acercando y hay que tomar decisiones. Transitando su último verano como adolescente...