● 10: Un Minuto y Cincuenta y Siete Segundos ●

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Había tomado el camino mas largo para ir al dojo, el hecho de tener que ver a Julián lo ponía nervioso. Al entrar al gimnasio, sus ojos recorrieron la sala en busca de rostros familiares. Y, justo al otro lado del tatami, allí estaba él, con esa vibra amigable que tanto le había gustado. El castaño lo saludo agitando su mano apenas lo vio, pero Enzo no correspondió el saludo, desvió la mirada haciendo de cuenta que no lo había visto. No sentía el valor de saludarlo, no después de haber abandonado su auto de esa forma tan brusca y repentina. "Capaz ya se olvido" pensó.

El profesor Aimar dio inicio a la clase y cada grupo se puso a practicar sus movimientos. El cálido aire de la tarde se colaba a través de las ventanas del dojo de taekwondo, mientras Enzo se preparaba para su esperado examen de graduación tal y como llevaba haciendo hace tres semanas. El dojo era s refugio, un espacio donde podía desconectar de las preocupaciones cotidianas y centrarse en su propio crecimiento, un espacio en donde ahora no se sentía muy cómodo, no teniendo a Julián tan cerca y tan lejos a la vez.

Enzo decidió evitarlo durante la clase, manteniendo su distancia mientras practicaba patadas y golpes. Cada movimiento que el otro hacía era una distracción, cada mirada accidental en su dirección era un recordatorio de la vergüenza que sintió el lunes.

A pesar de estar inmerso en su entrenamiento, sus ojos no dejaban de dar vueltas a los movimientos torpes de principiante que practicaba Julián. "Así no es" pensó mientras veía su ejecución del segundo movimiento básico. Se pregunto si ir a ayudarlo o no, pues uno de los principios del taekwondo que tanto valoraba era el compañerismo, pero decidió no hacerlo.

La distancia no duró mucho, no esperaba que Julián fuera quien se acercaría a él.

—Enzo —le dijo tímidamente.

—Ah ¿Qué onda? —le respondió con todo el nerviosismo del mundo.

—¿Cómo estás?

—Eh bien —"que no mencione lo del auto, que no mencione lo del auto" no dejaba de pensar.

—¿Me ayudas con unas cosas? Es que el profe Aimar se ve re ocupado, no quiero molestarlo.

—Si dale decime.

Julián tenía dudas con el segundo movimiento. Enzo lo observaba con detenimiento le daba gracia la forma en la que se movía, como trataba de concentrarse para hacer cada movimiento correctamente, de verdad creía que si se esforzaba y practicaba seguido podría lograr grandes cosas.

...

—Estás respirando mal.

El castaño lo miró cansado, llevaban varios minutos practicando patadas básicas. —¿Y como hago?

—Si respiras por la nariz en lugar de la boca, el aire se filtra y se humedece antes de llegar a tus pulmones.

—Así. —inhalo bastante aire y lo soltó todo por la nariz como le indicó su mentor.

—Si así. Pero como estás haciendo una patada que requiere más esfuerzo tenés que exhalar con fuerza.

—¿Puedo probar de nuevo?

Enzo asintió, y el castaño lanzó una patada con fuerza, la respiración no fue la mejor pero había mejorado bastante a las de recién. El moreno lo miró orgulloso, le gustaba que le presten atención y tomen sus consejos.

—Ojo que te nockeo —decía Julián mientras lanzaba puñetazos al aire.

—Sabes lo que te falta para noquearme a mi. —bromeaba el otro.

—Ah encima me subestimas —lanzó una risa que puso nervioso a Enzo.

—No no, pero te tengo que enseñar más cosas primero.

Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora