● 08: El Funeral ●

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El edificio les emitía a los tres cierta incomodidad, la puerta de cristal que estaba impecable mostraba el reflejo de sus rostros incómodos. A pesar de ser miércoles, la vereda aun seguía un poco húmeda por la lluvia del día lunes. Dentro del edificio, un gran pasillo se dirigía a una especie de patio interior de forma rectangular, con un cantero en el centro.

—Me quiero ir a la mierda —dijo Leandro.

—Ya estamos acá, tenemos que entrar —Lisandro también se quería ir pero debía demostrar lo contrario para convencer a sus amigos de que se queden.

Enzo extendió su brazo y tomó la gran manija de hierro de la puerta empujándola hacía dentro, hasta que Leandro lo hizo detenerse.

—Pará! ¿Qué haces? —le gritó.

—Entrar —le respondió el moreno tranquilamente.

Los tres se miraron entre ellos. Cuando hablaron de ir al velorio de la directora ninguno se opuso, fueron los últimos que la vieron con vida así que consideraron que estaría bien asistir. Pero cuando llegaron a la puerta de la Cochería algo les impedía entrar, estuvieron 8 minutos parados en la puerta decidiendo si entrar o no.

Finalmente lo hicieron, cruzaron el amplio pasillo y al llegar al patio interno, vieron dos salas velatorias distintas. La primera estaba vacía así que supusieron que era la segunda ya que en esa si había bastante gente.

Entraron tímidamente y se encontraron con un ambiente bastante desolador, mucha gente llorando otros sentados en las sillas que estaban puestas alrededor de toda la sala. No vieron a nadie conocido hasta que una mujer de alrededor de 50 años se les acercó.

—Hola chicos —les dijo mientras se acercaba a darle un abrazo a Lisandro que es el que estaba más cerca —gracias por venir.

—Ho... hola —le dijo tímidamente el castaño —lo... lo siento mucho.

La mujer le asintió en forma de agradecimiento y se acerco a los otros dos para hacer lo mismo.

—Es lindo ver que se acercan muchos de sus pacientes a verlo. —les dijo mirando en dirección a donde se encontraba el ataúd.

—¿Pacientes? —le dijo Enzo.

—Sí, ¿son sus pacientes no? ... ¿O son sus alumnos de la facultad de medicina? Se ven muy chicos para ser universitarios.

...

—Dios que vergüenza ¿Cómo nos vamos a confundir de velorio? —decía Leandro.

—No boludo, te digo que mi vieja me dio bien la dirección —Elena, la secretaria del colegio, le había indicado a la mamá de Lisandro la dirección y horario del velorio.

—Capaz la leíste mal, a ver prestame el papel —le dijo Enzo.

Los tres jóvenes se encontraban en el patio interno de la Cochería, salieron de la ultima sala una vez se acercaron a ver el ataúd para corroborar que evidentemente estaban en el velatorio de otra persona, de un doctor para ser más precisos. Enzo leyó la dirección con detenimiento y si, estaban en el lugar correcto.

—¿Y si es en la sala de al lado? —preguntó el moreno.

—No creo, está vacía —le respondió Lisandro.

—¿Y?

—Y que es la directora deberían haber al menos algún profe o algo así.

Caminaron desde el patio interno hasta la primer sala velatoria y al entrar efectivamente había gente solo que muy poca. Cerca de la puerta dos señores hablaban de pie y en el fondo el cajón con un montón de sillas a su alrededor solo que estaban vacías, salvo por una a su derecha, ocupada por una señora bastante mayor que se encontraba rezando profundamente.

Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora