● 14: Meteoritos ●

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—Ósea que esto es el centro de todo —dijo Julián mientras miraba a su alrededor.

—Sí... ¿a donde querés ir? —le preguntó Enzo.

La plaza Moreno, ubicada en el centro geométrico de la ciudad, es sin dudas uno de los espacios verdes más hermosos y famosos de La Plata. Los edificios más importantes estaban a su alrededor, y en su interior se guarda uno de los mayores tesoros: La Piedra Fundacional de la Ciudad, en donde se encontraban parados. Enzo le propuso el día anterior, que en la tarde de ese martes podrían recorrer el centro, como Julián no conocía muchos lugares desde que se mudó, aceptó sin dudarlo.

La plaza era un lugar bastante misterioso tal y como la ciudad en sí. El mito decía que los fundadores pertenecían a la masonería argentina. Cuando se idearon los planos se estableció ese lugar como el centro de todo, atravesado por calles en diagonales. Si uno mira el mapa de la ciudad con detenimiento el trazado de un dibujo muy particular se puede ver: la escuadra y el compás. Las lenguas dicen que esto es la prueba fundamental del actuar de la masonería, ya que el mismo Pedro Benoit, diseñador de los planos, tiene el mismo dibujo en su tumba.

Enzo amaba esto, las historias y el misterio, le encantaba creer que habían demasiados secretos por descubrir en toda la ciudad. Para Julián era todo lo contrario, le asustaba mucho. Todo lo que sea desconocido lo aterraba por eso cuando el moreno le mencionó la relación entre la ubicación de las plazas y el "número de la bestia" un escalofríos recorrió toda su espalda. Enzo pudo ver su rostro de miedo.

—¿Estás bien? —le preguntó.

—Si, solo me dio... .

—¿Miedo? —una pequeña sonrisa burlona se dibujó en su rostro —ósea que una peli de terror con vos ni a palo.

—No, miedo no... me dio cosita —Julián lo corrigió.

Enzo solo se rio, la verdad que sí, la historia del lugar era un poco tétrica, y lo oculto siempre es relacionado con lo oscuro. Lo oscuro es lo que da miedo, pero no es así para todos, al menos no para él.

Recorrieron las cuatro estatuas, estas eran figuras de altas mujeres que representaban cada una de las estaciones del año. Las malas lenguas dicen que las figuras le hacen "cuernitos" a la catedral que está en frente. Cuando se posaron en la de Otoño, Enzo no quiso continuar con la historia, capaz Juli se asustaba más.

—No hay que tenerle miedo a la historia, te ayuda a ver mejor las cosas —dijo mientras veía la gran estatua.

—No sabía que eras tan filosófico.

—Me gusta pensar, mis amigos me dicen que soy un toque hippie.

Caminaron un rato más sin rumbo, hasta que se toparon con el museo de historia natural. Un enorme edificio blanco parecido a un panteón que se llevó toda la atención del castaño.

—¿Y eso? —preguntó Julián mientras señalaba el edificio.

—El museo —respondió el moreno.

—¡Entremos!

Subieron la escalinata, mientras el otro no lo notaba Enzo revisaba las monedas de su bolsillo.
"Entrada General: $6,50" alcanzó a leer.

—Mmm solo traje 10 pesos, y me tengo que dejar algo para después, pero podemos ir a otro lado —propuso.

—Yo te pago.

—No te preocupes.

—Dale, de verdad quiero entrar —dijo poniendo una cara como de suplica, Enzo no pudo resistirse.

—Bueno dale, pero la próxima invito yo.

Se acercaron al mostrador y abonaron la entrada. Cuando Julián sacó el billete de 50 pesos de su billetera, Enzo no pudo evitar sorprenderse, en verdad llevaba bastante plata encima.

Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora