● 35: Dieciocho ●

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Para muchos, cumplir la mayoría de edad era un evento importante en la vida de cualquier joven. Fiestas, viajes de egresados o incluso la entrega de un auto solían ser las opciones más comunes como regalos. Sin embargo, Enzo y Lisandro no tenían intenciones de celebrar nada en particular; solo habían pensado en una pequeña reunión en la casa de alguno, y poder escabiar sin que les importe terminar tirados en una zanja.

Pero siendo uno hijo único, y el otro el último hijo varón, sus familias tomaron la decisión por ellos. Una gran fiesta para ambos, el mismo día, respetando la tradición de que siempre lo habían festejado juntos. Pues cumplían años con un día de diferencia y eran amigos desde niños.

Toda la semana previa al evento había sido un completo caos. Enzo no se preocupaba demasiado por ofrecer el mejor de los servicios en su cumpleaños; su mente estaba enfocada en disfrutar con sus amigos, tomar en exceso y bailar cuarteto o cumbia toda la noche. Y, sobre todo, ver a Julián.

Lisandro, con pocos invitados en mente, no esperaba nada realmente. Su última experiencia con el alcohol había sido un borrón en su memoria, recordaba a Cristian ayudándolo a vomitar en el baño de Ota durante la joda de Año Nuevo. Era consciente de haberle dicho a Cristian que se veía muy lindo, precisamente que "estaba re lindo", pero decidió fingir demencia y hacer como que no recordaba nada.

Pensaba que si se emborrachaba en su cumpleaños, era probable que se le escaparan palabras o frases comprometedoras, de las que seguramente se arrepentiría después. Por eso, planeaba limitarse a lo mínimo e indispensable.

El salón de la canchita del barrio estaba siempre disponible a poco precio para cualquier vecino que quisiera tener un evento, desde bautismos, casamientos o cumpleaños de 15. Tanto la madre de Lisandro como la de la Enzo, pasaron todo el día decorando, no sin ser sumamente supervisadas por la mirada critica y "artística" de Leandro que había planeado cada mínimo detalle.

A escasas horas de la fiesta, Lisandro escuchaba a sus amigos hablar con una emoción que rara vez había visto en ellos.

—¿Ay, vas a bailar con él? —preguntaba Leandro —Porque yo con Rodri, sí.

—No sé, me da vergüencita —respondía Enzo con una risa.

—¡Vergüenza dice!, si ya le comiste toda la boca, caradura.

—Desubicado, ya te dije que no fue así.

Lisandro escuchaba la conversación sin poder evitar sentir un poco de envidia. Sabía que él no tenía la misma suerte que sus amigos. Por un instante, consideró la idea de subirse al primer tren que pasara y dejar de pensar en Cristian.

—Y vos, Licha, mirá que viene Cris.

—Pff, no va a pasar nada.

—¿Qué sabés?

—Lo sé, punto. Me gustaría que apareciera algún pibe, cualquiera, ya no me importa —el castaño soltó un suspiro —Y no sé, pasar la noche con él.

—Bueno... —comentó Enzo —viene Ota.

—¿Lo invitaste?

—Nos invitó a su joda de año nuevo, era lo mínimo que podía hacer.

—Ahí tenés, Licha, si no querés estar con Cris, tenés a Nico —sugirió Leandro.

—No, pero no me refería a... —se detuvo pensando en que la idea de que Ota sea su plato de segunda mesa era algo horrible, pero a esa altura las moralidades no ocupaban mucho espacio en su mente —bueno sabes que, ya fue. Si pinta, pinta.

En la casa de Julián, junto a Rodrigo y Cristian, se estaban preparando para la fiesta. Fue extraño darse cuenta de que el Enzo de Julián, era el mismo Enzo, que era amigo del Lisandro de Cristian y del Leandro de Rodrigo.

Verano del '06 | ( cutilicha )/( julienzo )/( rodrilean )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora