«Por encima del talento están los valores comunes: disciplina, amor, buena suerte, pero, sobre todo, tenacidad».
James Baldwin.
Marzo, 2020
📍Los Ángeles, CA, Estados Unidos.
Parpadeo varias veces para saber si esto es real, si tengo a Arturo King a medio metro de distancia sonriéndome, proponiéndome un trato jugoso, terrorífico, ambicioso y halagador al mismo tiempo.
—Quiero que el mundo artístico de un giro de 90° grados, y para eso necesito la ayuda de una persona extremadamente talentosa y quiero que esa persona seas tú —trago duro, intentando con todas mis fuerzas convencerme de que esto en realidad sí está pasando—. ¿Qué dices? ¿Aceptas?
¿Que si acepto? Mierda. Jamás me habían tomado en cuenta para algo tan grande.
—Yo... emh —carraspeo una vez y sacudo la cabeza—. Guau, esto es... grande.
—Lo sé —asiente, entrelaza sus manos sobre la mesa y veo que se pone modo negocios, como ayer en la reunión con mi padre—. Por esa misma razón es que necesito a una persona capaz de conocer el terreno aun mejor que yo.
—Y piensas que yo soy esa persona —afirmo en voz baja.
—No lo pienso —sonríe de nuevo, y mi corazón entra en cortocircuito—, lo sé. Tal vez lo sepas superficialmente, pero Sasha habla de ti todo el tiempo de una manera que va más allá de solo admiración. Ella ama tus cuadros, pero ama aún más lo que representas. Según ella, eres la artista con más criterio, humildad y sencillez que existe. Y, por alguna extraña razón, confío en ella.
Escuchar esas palabras en su voz. Esa aterciopelada, baja, ronca y sensual voz, vale más que cualquier otra cosa. Me juego la vida entera intentando no demostrar lo afectada que me tiene este hombre.
Desde que lo vi sentado en la mesa, apenas entré, supe que no saldría de aquí sin volverme aún más loca. Pero ¿cómo podría una persona meterse bajo tu piel en menos de cuatro días y con solo tres interacciones en total? ¿Cómo podía cerrar los ojos y solo pensar en lo guapo que es, en lo inteligente, intimidante y sensual que puede llegar a ser? Jamás había sentido eso, pero mi corazón parece aferrarse a esas emociones y sentimientos con todas sus fuerzas.
Lo miré de refilón, tratando de procesar sus palabras y el poder que tuvieron sobre mí. Me permito verlo durante un largo minuto en completo silencio. Hoy lleva un traje gris plomo, una camisa almidonada azul oscuro y esas gafas que parecen darle el aire perfecto de Clark Kent.
¿Arte? ¡Este hombre sí que es una obra de arte!
—No sé que decir —bajo la mirada, trazando líneas sin sentido sobre el mantel—. No puedes creer todo lo que dicen las noticias.
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Claroscuro
Romance«El arte no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necesario para vivir». Oscar Wilde. Adelinne Lewis tiene la vida resuelta, o eso creía. Con el corazón roto y dos maletas llenas de ilusiones y esperanzas muertas, vuelve al lugar que fue su hogar d...