«Nadie es tan valiente que no sea perturbado por algo inesperado».
Julio César.
Abril, 2020
📍Los Ángeles, CA, Estados Unidos.
La edad es solo un número, eso he escuchado muchas veces, ahora entiendo porque. Puedes tener cualquier edad, pero cuando se trata de ciertas situaciones, claramente vuelven a ser un niño o un adolescente. Cuando mis padres murieron, las cosas se salieron un poco de control. Siempre fui un niño de casa, por decirlo de alguna manera. No solía ir a muchas fiestas o participaba de las jergas juveniles comunes. Siempre estaba leyendo o estudiando, normalmente hacía algo con ellos. Incluso cuando iba a la universidad, pasaba todos los fines de semana con mis padres o con Anthony.
Luego del accidente de mis padres, todo se fue al carajo, de muchas maneras. Primero, yo era el encargado de todo, ya no tenía que darle explicaciones a nadie. Y, bueno, de cierto modo, eso pareció tornarse difícil para mí al principio. Luego, con el pasar de los años, me volví tan cerrado y frívolo con los demás, que rara vez explicaba algo a alguien. Incluso con Anthony, con el que he pasado la mayor parte de mi vida, él también me daba mi espacio cuando sabía que no quería dar explicaciones.
Pero, ahora, con treinta años estoy haciendo algo que no hice cuando era un adolescente. Estoy apunto de hablar con mi suegro, Elliot Lewis.
Estamos en una reunión, o bueno, la reunión ya está por finalizar. El proyecto de Nepal va viento en popa, y ahora está en el tercer puesto de las mejores organizaciones sociales para el desarrollo humanitario a nivel mundial. Incluso la ONU está interesada en el proyecto, pero de eso se hablará después. Ahora mismo, no sé cómo carajos empezar una conversación formal con el padre de mi novia.
—¿No te dije que el proyecto sería un éxito? —cuestiona Elliot, sentándose frente a mí escritorio.
—Sí, tenías razón. ¿Quieres un trago? —me acerco a la mesita de cristal.
—Claro, hay que celebrarlo —sonríe.
Sirvo dos vasos de whisky escocés y vuelvo a mi escritorio y le entrego un vaso a Elliot antes de sentarme en mi silla y dejar el mío en la mesa.
—Es interesante lo que haces —dice Elliot, dándole vueltas al hielo en su vaso de cristal—. Le das oportunidades a negocios que parecen una locura y al final, terminan siendo un éxito. Es asombroso.
—Solo debo saber a qué darle mi interés —subo los hombros—. Es necesario saber en qué invierto mi tiempo y mi dinero. Sonará extraño, pero cuanto más loca sea la idea, más factible es el resultado.
—En eso tienes razón —asiente—. De las locuras nacen las mejores cosas.
—No soy muy impulsivo, sin embargo, puedo respaldar tus palabras —asiente, inmediatamente sabe que hablo de su hija—. Normalmente, me tomo mi tiempo para pensar muy bien lo que voy a hacer, pero cuando algo me interesa...
ESTÁS LEYENDO
Claroscuro
Romance«El arte no es algo que se pueda tomar y dejar. Es necesario para vivir». Oscar Wilde. Adelinne Lewis tiene la vida resuelta, o eso creía. Con el corazón roto y dos maletas llenas de ilusiones y esperanzas muertas, vuelve al lugar que fue su hogar d...