43. Para mí, para ti, para todos.

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«Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices; ellos son los encantadores jardineros que hacen florecer nuestra alma»

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«Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices; ellos son los encantadores jardineros que hacen florecer nuestra alma».

Marcel Proust.

Julio, 2020

📍Los Ángeles, CA, Estados Unidos.

El gran día había llegado al fin y los nervios me hacían un nudo en el maldito estómago. He caminado de arriba abajo por toda la galería cerciorándome de que todo esté perfecto. Stella dijo que ella se encargaría de presentar el evento por el día de hoy, también guiará a las personas por la galería y ella y Colton manejarán los métodos de pago por las compras que se hagan. Debemos buscar personal para que se encarguen de ello más adelante, pero por ahora, ellos dijeron que están bien con el trabajo extra.

Son casi las seis de la tarde y la gente ha hecho fila fuera de la galería. La fila da casi dos vueltas a la manzana, lo cual es bueno. Se vendieron más de quinientas entradas vía online, lo que nos indica que probablemente tengamos esa cantidad de personas esta noche. Eso sí, varias entradas tenían pases VIP en preventa, y esas personas tendrán el privilegio de ver la inauguración en vivo, los demás podrán entrar después o verlo por sus teléfonos, ya que será transmitido en vivo por un noticiero local.

Una vez que los medios de comunicación se enteraron de que Arturo King estaba involucrado, todos saltaron sobre nosotros. También me han estado acosando por redes sociales para que haga unas entrevistas, pero prefiero hacerlas después de que todo esté asentado en la galería. Además, vendría bien toda la publicidad que podamos obtener.

Estoy de pie en medio de la gran exhibición, donde mis tres cuadros más importantes de alzan orgullos para que el mundo los vea. Claroscuro —el original— está en el lado izquierdo, en un lienzo grande y amplio, en medio está Cimiento, el cuadro que me devolvió la inspiración cuando volví a casa, y Magnético está al final, al lado derecho, en representación de toda mi aventura con Arturo hasta el día de hoy. Mis tres obras maestras. Mi trabajo. Mi vida. Se me hincha el pecho de orgullo al verlos a los tres juntos, formando una unidad que representa mi vida.

—¿Nerviosa? —dos manos grandes se posan en mis hombros.

Cierro los ojos y dejo que su aroma cítrico y dulce ahoguen mis sentidos. Incluso detrás de mí, siento toda su presencia rodearme. Aprieto mis dedos en el papel ya arrugado donde escribí —o intenté hacerlo— mi discurso para hoy.

—Un poquito —me reí, dándome la vuelta.

La visión de él era un sueño. Hoy tenía puesto un esmoquin negro Armani hecho a la medida, con una camisa almidonada blanca y una corbata azul eléctrico. Su cabello estaba perfectamente peinado hacia atrás y ese mechón rebelde decidió que hoy lo dejaría en paz por ser un día importante. Sonreí y le acaricié la mejilla suave.

ClaroscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora