Con Otros Ojos (Portgas D. Ace) [Traducción]

Capítulo 15 : Dolor del alma.

POV de Lucía

Mi primer pensamiento consciente fue que aquí todo está oscuro. Realmente nada tiene forma, pero todo parecía distorsionado por un velo negro. Hacía frío.

—Hola— grito. Nadie me respondió. ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?

Aunque sé que debo parar, empiezo a caminar. Tengo un mal presentimiento. Me froto los brazos para generar un poco de calor. Siento un dolor en mi corazón. Alcanzo mi pecho. ¿Qué fue eso?

Ahora que lo pienso conscientemente, siento que me he olvidado de algo. Lo último que recuerdo es que estaba de pie en la cocina. Sigo caminando en este extraño mundo. Mis pasos no hacen ruido, como si yo no estuviera allí. Sigo caminando y poco a poco el entorno empezó a iluminarse. Estaba en un bosque y aunque los alrededores ahora tienen contornos, algo parecía increíblemente mal. Como si hubiera sido distorsionado en una dirección que no debería existir en absoluto. No es nada realmente tangible y, sin embargo, te provoca escalofríos.

El dolor en mi corazón crece y me empuja en una dirección. ¡Ya no tengo tiempo!, pienso, pero ¿de dónde vino el pensamiento? Qué debería pasar. Siento que alguien está en peligro, alguien importante. Empiezo a correr. Aunque casi no tengo ninguna condición, mis pasos se vuelven cada vez más rápidos y el entorno pasa velozmente a mi lado. El bosque se hace cada vez más ralo hasta que llego a un acantilado. Pero no estaba solo.

—No me importa lo que te pase—. Lo dice un hombre con un abrigo rojo y una barba graciosa.

—¡Si no hubieras nacido yo todavía estaría vivo! Lo lamento—. dice una hermosa mujer vestida de blanco, su rostro me resulta familiar.

—¿Por qué no me salvaste? Tu vida no valía nada de todos modos, ¡yo merecía vivir! — Esta frase vino de un niño pequeño con sombrero de copa. ¿A quién le dicen cosas tan malas? Mi corazón amenaza con romperse de dolor. Veo más gente parada allí, un gigante con bata blanca. Un hombre con un enorme mechón de pelo y una chaqueta blanca ensangrentada. Un hombre que tiene un sorprendente parecido con una piña, un señor mayor con traje y bata blanca y un niño con chaleco rojo y sombrero de paja. Todos miran con odio en sus miradas a una figura en el acantilado.

—¡Hazle un favor al mundo y salta ya, nadie te quiere aquí! — dijeron todos. ¿Cómo pueden decir tal cosa? Miro la figura en el acantilado.

De repente todos los recuerdos están de vuelta, todo mi viaje. El Demonio de la Desesperación, estamos en su mundo y está tratando de doblegar a Ace.

—¡¡¡NO LOS ESCUCHES!!! — Grito y corro hacia Ace, que camina lentamente hacia el acantilado con una cara de dolor y desesperación. No se da vuelta, el alma del puño de fuego duele demasiado. Lo siento, su dolor. El demonio había tomado todas sus dudas y dolores y les había dado forma. Corro hacia Ace y envuelvo mis brazos alrededor de su pecho. Apoyo mi cara contra su espalda. —¡No escuches al demonio! — Susurro suavemente.