Capítulo Cincuenta y Ocho.

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Lo primero que veo al despertar, después de una noche agitada, es el rostro tranquilo de Jaekyung. Seguimos en la habitación del bebé, quien no ha despertado en toda la noche.

Me levanto de golpe ante ese detalle. Jae-Hwan suele despertarse en la madrugada por hambre y por el pañal sucio.
Cubro mi cuerpo con la camisa de Jaekyung y me acerco a la cuna.

—Oh, estás despierto.— toco su mejilla y él estira los brazos. Lo levanto y reviso por completo.
Volteo a la cama mirando al Alfa con duda.
¿Él lo hizo?
—Dejemos dormir a tu papá, Jae-Hwan.

Salgo de la habitación y voy directamente a la cocina. Una vez allí, mi duda se aclara.
Jaekyung alimentó a Jae-Hwan y también lo cambió. Me hubiese gustado verlo, debe haber batallado mucho para lograr que tomara directo del biberón.

—Buenos días, señor Kim.

—¡Hana!— doy un pequeño brinco por el susto. Ella suelta una risita y se acerca para sostener a Jae-Hwan.
—Lo siento, me tomaste de sorpresa.

—Descuide.— mira el desorden sobre la mesada y su sonrisa se agranda.
—El señor Joo se comunicó conmigo en la madrugada para saber cómo preparar el biberón. No digas que te dije.

Ambos reímos con complicidad. Dejo a Jae-Hwan con ella mientras vuelvo a subir para lavarme la cara y así desayunar más fresco.

—Kim Dan.— Jaekyung sale de la habitación. Su rostro está serio y en sus ojos hay destellos dorados. Me entrega el celular y veo la pantalla encendida.

—¿Contestaste su llamada?— pregunto al ver el nombre del Alfa. También hay algunos mensajes pidiendo la intervención de Jaekyung para evitar llegar a lo legal.

La hermana de Jaekyung está causando muchos problemas. ¿Qué espera lograr buscando a ese Alfa?

—Si.— apoya la cabeza sobre mi hombro por un momento, luego me levanta y camina hacia nuestra habitación.
—Nos reuniremos en una hora.

—¿Vas a reunirte con ese hombre?

—Por supuesto que sí.— se adentra al baño y me deja frente al lavado. Sus manos agarran mi cintura con firmeza, impiden que pueda moverme ante su mordida sobre la marca.

—Oye, eso duele.— palmeo su brazo mientras busco alejarme.
—¿Estás seguro de esto?

—Tengo que hacerlo, mi hermana seguirá molestando y llegará cada vez más lejos si no la detengo.— se aleja de mi cuello y extiende la mano para alcanzar los cepillos de dientes. Me da el mío ya con la pasta dental.
—Aparte, ¿por qué tiene que llamarte a ti?

—No lo sé.— desvío la mirada al comenzar a lavar mis dientes.
—¿Puedo ir contigo?

—No.— su respuesta es seca, levanto la mirada y lo veo por el reflejo. No dice nada, así que dejo salir un suspiro y termino de cepillar mis dientes.

¿Cómo hacerle entender que no siento nada al ver a ese Alfa?
Nunca sentí algo especial, ni siquiera cuando lo conocí. Con Jaekyung fue diferente, la primera vez que cruzamos miradas mi corazón se detuvo por un instante.
¿Qué cruzó por su mente ese día?

—Recuerda que no puedo leer mentes.— dice con diversión. Ya terminó y tiene los brazos cruzados mientras me mira.
—Habla.

Termino de enjuagar mi boca y volteo mi cuerpo para verlo de frente.
¿Y si no me gusta su repuesta?
Para Jaekyung pudo haber sido un día más.

—Habla ya, pequeño hamster.— aprieta mis mejillas y se inclina más cerca de mi rostro.

—El día que nos vimos por primera vez, cuando fui al gimnasio.— agarro su mano y la aparto. Juego con ella de forma nerviosa negandome a verlo a los ojos.
—¿Qué pensaste al verme?— suelto, el silencio llena el cuarto de baño y muerdo mi labio inferior.
—Olvídalo, no es necesario que respondas. Sólo pensé en eso al darme cuenta que sentí más al verte a ti que a mi compañero destinado.

Para Jaekyung era un extraño, ¿qué esperaba escuchar?
Estoy siendo sensible con algo que no tiene importancia.

—Espera, espera.— impide que pueda salir corriendo, me levanta y deja sentado en el lavado.
—Si voy a responder, así que deja de arrugar la nariz.— ríe antes de besar el borde de mi boca. Paso los brazos por sus hombros y estiro mis labios para recibir otro beso.

—Entonces dímelo rápido.

—Un hombre con rostro asustado irrumpió en mi gimnasio y se presentó como mi fisioterapeuta. De apariencia débil, delgado, piel pálida y visiblemente suave. Un Omega sin dudas, pero insistía en ser beta.— no aparta la mirada en ningún momento.
—No me fijé en sus grandes y expresivos ojos marrones, tampoco en su voz baja y nerviosa, menos en su lindo rubor.

—Ya entendí.— cubro su boca con ambas manos, mi cara enrojece y sonrío sin poder aguantarlo.
—¡Oye!— me quejo al sentir su lengua en mi piel.

—Parecía una persona inocente y profesional, pero resultó todo un atrevido al tocar y frotar mi pene sin descaro.

—¡Lo hice sin querer!— lo miro avergonzado.
—Estaba nervioso...

—Asustadizo, se puso a llorar sin motivos y mi cabeza se calentó. Lo imaginé en varias posiciones, con su rostro lloroso pidiéndome más.— la sonrisa se mantiene en su boca.
Con cada palabra dicha aprieta y frota su miembro con el mío.

—Crei que me golpearía por haberlo tocado.— cierro los ojos al sentir sus labios sobre mi rostro.
—Me daba miedo recibir un golpe suyo y también tenía miedo de perder el trabajo.

—Lo sé, tu cuerpo entero temblaba cada vez que me acercaba. Aun así, lo hiciste bien.

—Jaekyung.— mi voz sale baja y temblorosa.
Sus besos son tiernos al igual que su toque.

—¿Qué sucede, Dan? ¿Por qué lloras?— seca mis lágrimas con calma.
—¿No te gustó la respuesta?

—No es eso.— niego, abro los ojos y llevo mis manos hasta sus mejillas.
—Me cuesta creer que eres mío ahora. Muchas veces me pregunté que hacer para tenerte...

—¿Te pertenezco?— levanta ambas cejas con diversión.

—Si.— lo miro serio, ignorando lo caliente que tengo el rostro.
—Eres mi Alfa, Jaekyung.

—Tienes razón, lo soy.— entrecierra los ojos y sostiene mi mentón. Aprieta hasta lograr que mis labios sobresalgan.
—Pequeño hamster, tienes lo que querías, ¿no estás feliz por eso?

Asiento como puedo y vuelvo a cerrar los ojos ante su beso.
Sólo falta que Jaekyung se interese más en Jae-Hwan.

—No lo haremos.— empujo su pecho y me bajo del lavado.
—Jae-Hwan nos espera para desayunar.— agarro su mano para salir del cuarto de baño.

—¿Hana no llegó?

—Si, Jae-Hwan está con ella ahora.— busco un cambio de ropa, ya que tengo solamente la camisa de Jaekyung cubriendome.

—Entonces.— vuelve a levantarme y me apoya contra la pared. Sube la camisa dejando expuesto mi pecho.
—Tenemos tiempo.

—Pero tienes que irte.

—Lo haremos rápido.— la punta de su pene presiona mi entrada, abrazo su cuello con fuerza y muerdo su hombro ante la molestia.
—No aprietes tanto, Dan, relájate.

Se mueve lento hasta introducirlo por completo. Reparte besos por mi cuello mientras se queda quieto y su respiración choca con mi piel lo que provoca un escalofrío.

—¿Listo?— asiento dejando salir un gemido bajito. No quiero que Hana escuche.
Los empujes comienzan, lento y profundo. Jaekyung deja salir una pequeña risa ante mis quejas.

—Dijiste que sería rápido.— me pego más a su cuerpo para que mi miembro se frote entre los dos.
—Jaekyung, deja de jugar-¡Ah!

Camina hacia la cama y se sienta conmigo en su regazo. Apoya las manos detrás suyo y fija la mirada en mi rostro, que arde por completo.

—¿No dijiste que te pertenecía? Hazles saber que este Alfa tiene pareja.— sus ojos están entre el negro y el dorado. No sé quién tiene el control, pero al parecer ambos quieren lo mismo.

Mi Secreto. (Jinx- JaekyungxKimDan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora