Benny (Colapso)

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¡¡Hola!! ESTO NO ES UN SIMULACRO, ES.....UN REGALO <3 
Un regalo porque es un capítulo no largo, larguísimooooo, con muchos personajes y escenas que había pensado que fueran capítulos separados....Pero decidí unirlos en uno solo para acelerar un poco la historia <3 Porque sé que todxs estamos ansiosxs con el reencuentre entre Dean y Castiel <3 ¡Ya falta muy poco!

¿Y por qué un regalo? Porque realmente quiero demostrarles lo feliz que me hace ver que hay personas que leen esta historia, que votan, que comentan cosas ingeniosas y lindas, que la disfrutan tanto como yo disfruto imaginarla y escribirla. Y sé que me tardo mucho, que a veces detallo mucho, y aún así ustedes están del otro lado, fieles <3 

Después de publicar el cap anterior y ver sus comentarios, me senté a escribir y este es el resultado: un capítulo larguísimo que creo que escribí en unos tres o cuatro días, gracias también a que tengo esta historia muy planeada y el 90% de este cap lo pensé hace meses. Pero ustedes me dieron la energía para organizarme y hacerme el tiempo de sentarme a expresarla y ordenarla. Muchas, muchas gracias <3 

Última nota: no se asusten por el título. En un primer momento este sería el momento de quiebre de Dean...pero la viene pasando tan mal que no quedó tan terrible.


-Dean está limpiando mi piscina.

Hubo un silencio en la mansión Mac Leod por unos segundos.

-No, no me preocupa.-dijo Crowley con ironía a quien sea que estuviese del otro lado del auricular del teléfono.-Es completamente normal.

Dean revoleó los ojos con cansancio y decidió continuar su camino hacia el patio de la mansión donde, efectivamente, estaba limpiando la piscina. A fin de cuentas, Crowley le había prestado dinero para la entrada del cine y Dean prefería pagarle de esta forma. No tenía nada que ver con mantenerse físicamente ocupado para no escuchar a su estúpido y adolorido corazón.

Aunque debería haberle dicho que haría otra tarea de la casa. Cocinar, o limpiar, o cualquier actividad en la que no tuviese que enfrentar una gran masa de color azul como los ojos que estaba intentando olvidar. ¿Cómo no pensar en Castiel si estaba viendo sus ojos frente a él en el agua turquesa y brillante?

-Siempre triunfando.-maldijo.

Continuó con su tarea aún cuando sintió la presencia de una mujer junto a él.

-Cariño, tenemos gente contratada para que limpie.-dijo suavemente.

-Lo sé, pero estaba por aquí y...

-No sirve huir de aquello que no quieres enfrentar.-lo cortó Rowena con suavidad.

-Muy lindo mensaje de postal, pero no eres quien para decírmelo.

Dean se arrepintió al instante. A pesar de la complicada historia entre ella y Crowley, lo cierto es que Rowena le caía bien. Era una mujer extraña, y con el tiempo Dean se daba cuenta de lo fuerte que debía ser para haber enfrentado con la frente en alto una vida de habladurías y obstáculos, aún con los errores que había cometido para lograrlo. Se detuvo y la miró con la culpa llenando sus ojos verdes.

-Lo siento.-murmuró.

Pero Rowena no había dejado esa enigmática sonrisa. Dean a veces se preguntaba qué ocultaría detrás de ella. Qué dolores, qué fragilidades, qué ausencias.

-Justamente te lo digo por experiencia propia.-respondió la pelirroja al fin.

Bebió un trago de la bebida contenía la copa que agarraba delicadamente. Dean se secó el sudor de la frente con la mano. No hacía tanto calor, pero el esfuerzo lo había agotado. Pensó en retomar su tarea, pero la presencia de Rowena a su lado le indicaba que la mujer no había terminado de hablar con él, y no quería ser maleducado. Bastante lo había sido con la respuesta de antes, producto de lo sensible y enojado que se sentía.

Sobran las Palabras [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora