Cita III

565 87 25
                                    

¡Hola~! ¡He vuelto! Aviso que este cap es más corto que otros, y no ocurre mucho, pero quería actualizar para que vean q no me morí xd ni abandoné esta historia. Sigo al final, ahora, ¡a leer~!


Solo después de caminar varios metros, Dean se percató de que aún sostenía la mano de Castiel. El otro no parecía haberse dado cuenta, o, si lo había hecho, no había demostrado molestia. Ya comenzaba a haber más gente en el parque, así que era una buena manera de no perderse en la creciente multitud. Recién cuando estuvieron lo suficientemente lejos de las chicas como para no poder ser alcanzados por ellas, Dean suspiró con relajación. Castiel lo miró, divertido.

-¿Qué quieres hacer?-preguntó amablemente el rubio.

-Haaam...breee...

-Oh, ahora que lo dices, yo también tengo hambre.-miró a los alrededores.-Allí hay un puesto de hot dogs, ¿qué opinas?

Castiel asintió con una sonrisa. Se dirigieron directamente hacia allí. Una vez que les entregaron los pedidos, el oji azul se adelantó para pagar. Dean lo miró de mala manera, pero no pudo decir nada, pues su vecino había sido veloz.

-Hay un banco libre allá. Apurémonos antes que alguien nos lo quite.

Por suerte, nadie se sentó en el banco antes que ellos, así que pudieron sentarse para comer más tranquilos.

-Maf vafe que me defes fagarte.-amenazó con la boca llena.

Castiel no pudo reprimir una carcajada. Dean era tan...Dean. Grosero, glotón, y, sin embargo, completamente adorable. El rubio no entendió de qué se reía su compañero, así que sonrió ante aquel sonido que ahuyentaba todos sus fantasmas.

-Paa...gaaar...entraa...daaas...-explicó tranquilamente antes de seguir comiendo.

-¿Y?

El oji azul lo miró, toda su expresión decía claramente que no le explicaría algo tan obvio. Dean revoleó los ojos. Terminó de comer antes de continuar, no por modales, sino porque realmente tenía hambre.

-Yo te invité al parque, por supuesto que iba a pagar las entradas. De hecho lo hice antes de que supieras a dónde te llevaba. Quizás ni siquiera te gustaba.-y rió con cierto nerviosismo.

-Encaan...taaar...-aclaró lo más rápido por las dudas.

Durante algunos segundos, el oji continuó comiendo sin retomar el tema. Recién cuando terminó volvió a mirar a Dean, quien observaba a la gente.

-¿Dóoondee...cooonseeeguiiir...diiineero...?-preguntó al fin su inquietud.

No quería decirlo abiertamente, pero sabía que a la familia de Dean no le sobraba el dinero. De hecho, esa era, supuestamente, la razón de que el Winchester mayor no contemplase ir a la Universidad. No es que estuvieran mal económicamente, pero le sorprendía la soltura con la que Dean había pagado, sobretodo su entrada, sabiendo que los Novak estaban bien acomodados. Y aunque Castiel no había tenido oportunidad de decírselo a Dean, solían darle dinero sin demasiado problema, como parte no dicha de que recuperase una vida normal.

-Lo robé.-contestó con frescura.

Simuló estar despreocupado, pero en el fondo estaba impaciente por ver la reacción de Castiel. Lo miró disimuladamente. Tenía sus azules ojos clavados directamente en él. No había en ellos sorpresa...tampoco enjuiciamiento. Dean tuvo entonces que mirarlo abiertamente. Unos instantes después, la expresión de Castiel dejó de ser tan relajada, y era obvio que estaba molesto. Dean tragó con fuerza: ahí estaba, ahí aparecía ese rechazo que tanto había temido. Ni siquiera el amable de Castiel podía soportar que él...

Sobran las Palabras [Destiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora